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lunes, 30 de noviembre de 2009

Retrato de don José Queraltó - Portrait of Don Jose Queralto - Francisco de Goya

Pinacoteca de Munich

Francisco de Goya
El cuadro muestra al personaje en tres cuartos de figura, sentado y con un pliego de papel en su mano izquierda, sobre el cual aparece tanto la firma y la fecha del lienzo como el nombre del retratado. José Queraltó, nacido en Tarragona y fallecido en Madrid en 1805, fue cirujano de la marina española –como atestigua el uniforme con el que ha sido representado-, director del hospital militar de Santa Catalina y miembro del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. La actitud formularia que adopta en el lienzo no resta humanidad a su efigie, de rasgos que revelan inteligencia y carácter mesurado.

Ninfas y sátiros-Nymphs and Satyrs - Pedro Pablo Rubens

Museo del Prado

Pedro Pablo Rubens
Para solazarse las ninfas, acostumbran a bañarse en los ríos, fuentes y lagos, rodeadas de ciervas, conejos y leoncillos. Su reino es la naturaleza virgen y salvaje. Los sátiros recorren los campos en busca de ninfas o de muchachas mortales con las que satisfacer su desenfrenado apetito sexual.
Rubens muestra en un marco bucólico a un grupo de personajes en torno a un cuerno de la abundancia. El fondo de arboleda se abre por el lado izquierdo hasta el horizonte con unas gradaciones cromáticas que sugieren verídicamente la incidencia de la luz en las capas atmosféricas.

Meleagro y Atalanta - Meleager and Atalanta - Jacob Jordaens

Museo del Prado

Jacob Jordaens
Artemisa había enviado a Calidón un monstruoso jabalí que asolaba la comarca. Cuando Meleagro alcanzó la edad adulta, decidió librar a su patria de este tormento y, para ello, reunió a algunos de los héroes más célebres de su tiempo, prometiendo al vencedor la piel y los colmillos del animal. Entre estos héroes se encontraban Teseo, Jasón, Linceo, Piritoo, entre otros, y una cazadora, Atalanta, de la que Meleagro se había enamorado.
Después de que el jabalí hubiese acabado con la vida de varios de los héroes participantes en la cacería y fuera herido varias veces, entre otros por Atalanta, Meleagro consiguió darle muerte, Adjudicándose por este hecho los valiosos despojos del animal, que ofreció a su amada Atalanta.
Cuadro realizado en dos etapas; la primera, a la que corresponde la mitad derecha del lienzo, puede datarse hacia 1628. El lado izquierdo, con las figuras de varios cazadores, dos de ellos a caballo, ofrece por su parte un empaste más suave y de menor contraste. La juntura vertical de las dos telas es claramente perceptible en el centro de la composición.

Martirio de San Felipe - Martyrdom of St. Philip - José de Ribera

Museo del Prado

José de Ribera
Demuestra el artista un constante interés por la plasmación del dolor físico o mental, representándolo en las figuras de santos penitentes o mártires. Este cuadro pone de manifiesto su complacencia por el realismo en los detalles descriptivos del sufrimiento, cuya plasmación pictórica realiza por medio de duras pinceladas que depositan un grueso de color cuyo relieve contribuye a acentuar el verismo de los volúmenes de la carne, sus arrugas y violentas contracciones. La obra constituye un prodigioso ejercicio compositivo y de estudio de las luces, Su formato cuadrado acoge la figura del santo atado al poste del tormento, superponiendo su cuerpo a las diagonales del lienzo. Los verdugos quedan relegados a los espacios triangulares laterales, sus actitudes doblegadas por el ritmo axial de la composición. En la parte baja, a la izquierda , un grupo de gentes del pueblo sentadas en el suelo ponen la nota circunstancial del suceso y, al propio tiempo, establecen con su presencia una necesaria gradación de los términos espaciales.

María de Medici, reina de Francia - Maria de Medici, Queen of France - Pedro Pablo Rubens

Museo del Prado

Pedro Pablo Rubens
El retrato constituye un señalado ejemplo de su capacidad de captación de los rasgos físicos y sicológicos del personaje. Utiliza en este caso el pintor una paleta moderada, oponiendo el negro de los ropajes a los tonos nacarados de las manos y rostro, y realzando la figura sobre un fondo apenas empastado con grandes pinceladas. Esta obra tiene el interés subsidiario de presentar a uno de los regios clientes del maestro, para el cual realizó una serie de grandes lienzos históricos.

Los Niños de la concha-The Children of the shell - Bartolomé Esteban Murillo

Museo del Prado
Bartolomé Esteban Murillo
Lienzo en el que se representa a Jesús dando de beber a san Juanito bajo un celaje con rompimiento de gloria poblado por angelitos, constituye uno de los ejemplos más característicos del propósito del pintor, que se dedica a la representación del goce que al fiel proporciona la religión. Su composición, por otra parte, se halla inspirada en el arte italiano.

Los duques de Osuna y sus hijos - The Dukes of Osuna and his sons - Francisco de Goya

Museo del Prado

Francisco de Goya
Encargo de los duques de Osuna para el palacete del Capricho, en la Alameda a las afueras de Madrid, aparecen retratados aquí junto a sus cuatros hijos. Los duques fueron uno de los mayores protectores de Goya. Se detecta la influencia de Velázquez en la creación del espacio por medio de luces y sombras, de Goya es la delicadeza y simpatía con que retrata a los niños y la sutil paleta cromática.

La Romería de San Isidro - The pilgrimage to San Isadore - Francisco de Goya


Museo del Prado

Francisco de Goya
Una de las denominadas pinturas negras que Goya ejecutó para decorar la casa que poseía en las afueras de Madrid, conocida desde entonces con el nombre de “Quinta del Sordo”. Los protagonistas son hombres y mujeres del pueblo, descritos con todas sus lacras y unidos por vínculos de temor y odio. Cada una de las figuras se halla construida tan sólo por unas pocas y ásperas pinceladas, manchando el fondo negro de tal manera que al ser observadas a distancia reconstituyen los rasgos de una humanidad absurda y doliente.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Duda - Rafael de León



¿Por qué tienes ojeras esta tarde?
¿Dónde estabas, amor, de madrugada,
cuando busqué tu palidez cobarde
en la nieve sin sol de la almohada?


Tienes la línea de los labios fría,
fría por algún beso mal pagado;
beso que yo no sé quién te daría,
pero que estoy seguro que te han dado.


¿Qué terciopelo negro te amorena
el perfil de tus ojos de buen trigo?
¿Qué azul de vena o mapa te condena
al látigo de miel de mi castigo?
¿Y por qué me causaste esta pena
si sabes, ¡ay, amor!, que soy tu amigo?

Rafael de León

Cuatro sonetos de amor - Rafael de León

                        
                         I
Decir “te quiero” con la voz velada
y besar otros labios dulcemente,
no es tener sed, es encontrar la fuente
que nos brinda la boca enamorada.


Un beso así no quiere decir nada,
es ceniza de amor, no lava hirviente,
que en amor hay que estar siempre presente,
mañana, tarde, noche y madrugada.


Que cariño es más potro que cordero,
más espina que flor, sol, no lucero,
perro en el corazón, candela viva…


Lo nuestro no es así, a qué engañarnos,
lo nuestro es navegar sin encontrarnos,

a la deriva, amor. a la deriva.
                        
                         II
Me avisaron a tiempo: ten cuidado,
mira que miente más que parpadea,
que no le va a tu modo su ralea,
que es de lo peorcito del mercado.


Que son muchas las bocas que ha besado
y a lo mejor te arrastra en su marea
y después no te arriendo la tarea
de borrar el presente y el pasado.


Pero yo me perdí por tus jardines
dejando que ladraran los mastines,
y ya bajo la zarpa de tus besos
me colgué de tu boca con locura
sin miedo de morir en la aventura,
y me caló tu amor hasta los huesos.

                       
                       III
Otro domingo más sin tu mirada,
dejándome morir frente a la gente
que pasa y que traspasa indiferente
a mi canción de amor desesperada.


Una yegua de celos colorada
corre llena de furia por mi frente
y galopa de oriente hasta occidente
en busca de tu falsa coartada…


Porque yo sé de más que en esta hora
hay alguien que los labios te devora
y comparte las cepas de tu vino.


Mas, como de perderte tengo miedo,
no ahondo en la maraña de tu enredo

y comulgo con ruedas de molino.


                        
                        




                         IV

Peso poco en tu vida, casi nada,
como un leve rumor, como una brisa,
como un sorbo de fresca limonada
bebido sin calor y a toda prisa.


No adelanto el compás de tu pisada,
ni distraigo la salve de tu misa,
y en tu frente de nardo desvelado
no llego a recuerdo ni a sonrisa.


Y en cambio tú eres todo, mi locura,
mi monte, mi canción, mi mar templado,
el pulso de mi sangre, la llanura
donde duermo sin sueño ni pecado,
y el andamio en que apoyo con ternura
este amor que nació ya fracasado.

Rafael de León

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Inmaculada Concepción de los Venerables o de Soult-The Immaculate Conception of the Venerable or Soult - Bartolomé Esteban Murillo

Museo del Prado
Bartolomé Esteban Murillo
Tipifica los rasgos de la producción pictórica del maestro, en la que este tema es muy frecuente. La figura femenina con sus etéreos ropajes, presenta un parecido físico con los rostros de los lienzos de Alonso Cano; su inserción en un espacio inconcreto, poblado por racimos de ángeles en actitudes variadísimas, responde a conceptos místicos.
La pintura de Murillo obtuvo extraordinario éxito, gracias sin duda a la adopción de unos tipos de belleza que eran fácilmente comprendidos por el pueblo devoto.

La Infanta Doña Margarita de Austria - Diego Velázquez

La Infanta Doña Margarita de Austria - The Infanta Margarita of Austria - Diego Velázquez - Museo del Prado. Su composición se ajusta a un esquema de representación de la figura de frente, sobre un fondo de cortinajes parcialmente en la penumbra. La niña parece una muñeca, tanto por su actitud estática como por la suntuosidad del atavío, sin duda el más colorista de cuantos pintará Velázquez en sus retratos. Pero tras esta pose exigida por los principios de la pintura áulica, tras la digna fachada, consigue el artista transcribir fielmente y sin concesiones el aspecto físico y personalidad humana del personaje. A la sensibilidad para comprender las infantiles vivencias de la retratada se suma una extraordinaria capacidad técnica. El detalle de las telas de su vestido revela el empleo de una pincelada centelleante, destinada a producir a distancia la impresión de la vibración luminosa., así como una simplicidad de método para transcribir, por ejemplo, la transparencia del pañuelo de gasa que sostiene en su mano derecha.
Museo del Prado
1660
212 cm × 147 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
Su composición se ajusta a un esquema de representación de la figura de frente, sobre un fondo de cortinajes parcialmente en la penumbra. La niña parece una muñeca, tanto por su actitud estática como por la suntuosidad del atavío, sin duda el más colorista de cuantos pintará Velázquez en sus retratos. Pero tras esta pose exigida por los principios de la pintura áulica, tras la digna fachada, consigue el artista transcribir fielmente y sin concesiones el aspecto físico y personalidad humana del personaje. A la sensibilidad para comprender las infantiles vivencias de la retratada se suma una extraordinaria capacidad técnica. El detalle de las telas de su vestido revela el empleo de una pincelada centelleante, destinada a producir a distancia la impresión de la vibración luminosa., así como una simplicidad de método para transcribir, por ejemplo, la transparencia del pañuelo de gasa que sostiene en su mano derecha.


Obras de:
Diego Velázquez
Adoración de los MagosAlmuerzo de campesinos o Comida de picarosCabeza de apóstol
Conde-Duque de OlivaresCristo crucificadoCristo en casa de Marta y María
Cristo en la cruzCristo y el alma cristianaDon Diego del Corral y Arellano
Don Luís de Góngora y ArgoteDon Pedro de Berberana y AparreguiDoña Antonia de Ipeñarrieta
Doña Juana Pacheco, esposa del autor, caracterizada como una sibilaDoña Maria de Austria, reina de HungriaDoña Mariana de Austria
Dos hombres a la mesaEl aguador de SevillaEl almuerzo
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y PerníaEl bufón Calabacillas o el “Bobo de Coria” El bufón llamado don Juan de Austria
El Conde-Duque de OlivaresEl Conde-Duque de Olivares a caballoEl geógrafo
El infante don CarlosEl príncipe Baltasar CarlosEl príncipe Baltasar Carlos a caballo
El príncipe Baltasar Carlos con un enanoEstudio para cabeza de ApoloFábula de Aracne o Las hilanderas
Felipe IVFelipe IV armado, con un león a los pies Felipe IV con armadura
Felipe IV en marrón y plataFelipe IV en traje de cazadorFrancisco de Quevedo
Francisco PachecoImposición de la casulla a San IldefonsoInmaculada Concepción
Juan de FonsecaJuan MateosLa cena de Emaús
La fragua de VulcanoLa Infanta Doña Margarita de AustriaLa mulata
La rendición de Breda o Las LanzasLa túnica de JoséLa venerable madre Jerónima de la Fuente
La Venus del EspejoLas Meninas o La familia de Felipe IVLos borrachos o El triunfo de Baco
Pablo de ValladolidRetrato de hombreRetrato de hombre joven
Retrato de la condesa de Olivares Retrato del Conde-Duque de OlivaresRetrato del conde-duque de Olivares
Retrato del papa Inocencio X San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño San Juan en Patmos
San PabloSanto TomásTres músicos
Vieja friendo huevosVilla Médicis


La familia de Carlos IV - The Family of Charles IV - Francisco de Goya

Museo del Prado

Francisco de Goya
Pintado en Aranjuez en la primavera de 1800; al igual que Velázquez en Las Meninas, Goya se autorretrató en la parte izquierda del cuadro.
Muestra a los miembros de la familia real, en el centro aparece la reina María Luisa que rodea con su brazo a su hija, la infanta María Isabel, mientras toma de la mano al infante Francisco de Paula, por el está amorosamente unida al rey. Este, a la derecha, está adelantado al primer plano, que ocupa también a la izquierda su hijo heredero, el príncipe Fernando, a cuya espalda aparece su hermano, el infante Carlos María Isidro. A la derecha de la composición está el grupo formado por los duques de Parma, Luís de Borbón y su esposa la infanta María Luisa, que lleva en brazos a su hijo Luís, nieto de los reyes. Detrás del rey aparece su hermano, el infante Antonio Pascual, y su esposa, la infanta María Amalia, ya muerta, mientras que al fondo a la izquierda se sitúa la hermana del rey, la infanta María Josefa. La figura femenina de perfil, junto a Fernando representa a la prometida del príncipe heredero. Por último, el propio pintor se retrata en segundo término, en la penumbra, mirando al espectador, en una disposición similar a la de Velázquez en Las Meninas.

La Descensión de la Virgen para premiar los escritos de San Ildefonso-The Descent of the Virgin to reward the writings of San Ildefonso - Bartolomé Esteban Murillo

Museo del Prado
Bartolomé Esteban Murillo
En este cuadro recoge Murillo una tradición piadosa que tuvo en España numerosos reflejos literarios. Presenta el pintor a la Virgen, secundada por ángeles, en el momento de entregar al santo el indumento litúrgico; a la derecha una devota anciana con un cirio, personaje incorporado al suceso en un auto de Valdivieso y que, según la obra de Lope de Vega, rehusó entregar dicho cirio con el propósito de guardarlo para la hora de la muerte. Esta figura y la del santo introducen dos elementos realistas en un conjunto de rostros idealizados.

El sueño de Jacob - Jacob's Dream - José de Ribera

Museo del Prado

José de Ribera
El estilo de Ribera se compone de elementos naturalistas y tenebristas que tienden a enfatizar la actitud de la figura, Esta obra, en la que el patriarca aparece tendido ante un celaje teatral, corresponde a una etapa de madurez del artista en la que por influencia de las escuelas boloñesa y veneciana, así como por su probable relación con Velázquez cuando la primera visita de éste a Nápoles, había suavizado los dramáticos efectos que caracterizaron su producción anterior.

El príncipe Baltasar Carlos a caballo - Diego Velázquez

El príncipe Baltasar Carlos a caballo - Prince Baltasar Carlos on Horseback - Diego Velázquez - Museo del Prado. El retrato del príncipe ha sido compuesto con un escorzo que tiene en cuenta la altura a que va a colocarse el cuadro, la sobrepuerta del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, estancia destinada a acoger todas las representaciones ecuestres de la familia real. Su fondo de paisaje, tomado de la serranía madrileña, está bañado por una luz diáfana que hace resaltar, asimismo, los detalles de la indumentaria del personaje, valorando los volúmenes del jinete y su montura sin necesidad de recurrir a violentos contrastes.
Museo del Prado
1635
209 × 173 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
El retrato del príncipe ha sido compuesto con un escorzo que tiene en cuenta la altura a que va a colocarse el cuadro, la sobrepuerta del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, estancia destinada a acoger todas las representaciones ecuestres de la familia real. Su fondo de paisaje, tomado de la serranía madrileña, está bañado por una luz diáfana que hace resaltar, asimismo, los detalles de la indumentaria del personaje, valorando los volúmenes del jinete y su montura sin necesidad de recurrir a violentos contrastes.


Obras de:
Diego Velázquez
Adoración de los MagosAlmuerzo de campesinos o Comida de picarosCabeza de apóstol
Conde-Duque de OlivaresCristo crucificadoCristo en casa de Marta y María
Cristo en la cruzCristo y el alma cristianaDon Diego del Corral y Arellano
Don Luís de Góngora y ArgoteDon Pedro de Berberana y AparreguiDoña Antonia de Ipeñarrieta
Doña Juana Pacheco, esposa del autor, caracterizada como una sibilaDoña Maria de Austria, reina de HungriaDoña Mariana de Austria
Dos hombres a la mesaEl aguador de SevillaEl almuerzo
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y PerníaEl bufón Calabacillas o el “Bobo de Coria” El bufón llamado don Juan de Austria
El Conde-Duque de OlivaresEl Conde-Duque de Olivares a caballoEl geógrafo
El infante don CarlosEl príncipe Baltasar CarlosEl príncipe Baltasar Carlos a caballo
El príncipe Baltasar Carlos con un enanoEstudio para cabeza de ApoloFábula de Aracne o Las hilanderas
Felipe IVFelipe IV armado, con un león a los pies Felipe IV con armadura
Felipe IV en marrón y plataFelipe IV en traje de cazadorFrancisco de Quevedo
Francisco PachecoImposición de la casulla a San IldefonsoInmaculada Concepción
Juan de FonsecaJuan MateosLa cena de Emaús
La fragua de VulcanoLa Infanta Doña Margarita de AustriaLa mulata
La rendición de Breda o Las LanzasLa túnica de JoséLa venerable madre Jerónima de la Fuente
La Venus del EspejoLas Meninas o La familia de Felipe IVLos borrachos o El triunfo de Baco
Pablo de ValladolidRetrato de hombreRetrato de hombre joven
Retrato de la condesa de Olivares Retrato del Conde-Duque de OlivaresRetrato del conde-duque de Olivares
Retrato del papa Inocencio X San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño San Juan en Patmos
San PabloSanto TomásTres músicos
Vieja friendo huevosVilla Médicis


El pintor Martín Ryckaert y Sir Endymion Porter y Anton van Dyck -The painter Martin Ryckaert and Sir Endymion Porter and Anthony van Dyck - Antonio Van Dyck

El pintor Martín Ryckaert y Sir Endymion Porter y Anton van Dyck -The painter Martin Ryckaert and Sir Endymion Porter and Anthony van Dyck - Antonio Van Dyck - Museo del Prado  El retrato ocupa un lugar importante en la producción de este artista.  Como puede apreciarse en el del pintor Ryckaert, adoptó en el género el procedimiento de representar a sus modelos en actitudes reservadas y dignas, enfatizando sus rasgos por medio de vigorosos efectos de luz y sombra. De su éxito como retratista da buena prueba el que fuera autorizado a pintarse en compañía de Sir Endymion Porter, importante personaje del reinado de Carlos I de Inglaterra con quien mantuvo una amistad íntima.
Museo del Prado
1627-32
148 x 113 cm. Óleo sobre tabla
El pintor Martín Ryckaert y Sir Endymion Porter y Anton van Dyck -The painter Martin Ryckaert and Sir Endymion Porter and Anthony van Dyck - Antonio Van Dyck - Museo del Prado  El retrato ocupa un lugar importante en la producción de este artista.  Como puede apreciarse en el del pintor Ryckaert, adoptó en el género el procedimiento de representar a sus modelos en actitudes reservadas y dignas, enfatizando sus rasgos por medio de vigorosos efectos de luz y sombra. De su éxito como retratista da buena prueba el que fuera autorizado a pintarse en compañía de Sir Endymion Porter, importante personaje del reinado de Carlos I de Inglaterra con quien mantuvo una amistad íntima.
Museo del Prado
1635
119 x 144 cm. Óleo sobre lienzo

Antonio Van Dyck
El retrato ocupa un lugar importante en la producción de este artista.
Como puede apreciarse en el del pintor Ryckaert, adoptó en el género el procedimiento de representar a sus modelos en actitudes reservadas y dignas, enfatizando sus rasgos por medio de vigorosos efectos de luz y sombra. De su éxito como retratista da buena prueba el que fuera autorizado a pintarse en compañía de Sir Endymion Porter, importante personaje del reinado de Carlos I de Inglaterra con quien mantuvo una amistad íntima.


Obras de:
Antonio Van Dyck
Autorretrato El pintor Martín Ryckaert y Sir Endymion Porter y Anton van DyckEl Prendimiento de Cristo
Retrato de Cornelis van der Geest Retrato de la marquesa Geromina SpinolaRetrato de una dama genovesa y su hija
Retrato de James Stuart, Duque de Lennox y Richmond Retrato del grabador Paul du PontRetrato ecuestre de Carlos I de Inglaterra
Sileno ebrio



El Juicio de Paris - The Trial of Paris - Pedro Pablo Rubens

Museo del Prado

Pedro Pablo Rubens
Mientras Paris guardaba los rebaños de su padre en el monte Ida, fue elegido como arbitro para dirimir el litigio que enfrentaba a las tres diosas por la posesión de la manzana de oro destinada a la más bella que Éride la Discordia, había arrojado en las bodas de Tetis y Peleo –padres de Aquiles-. Paris, desdeñando los presentes que le prometían Minerva y Juno, ofreció el premio a Venus, que le había prometido el amor de la mujer más bella del mundo, Helena, reina de esparta. Desde entonces será el protegido de la diosa del amor, que favorecerá todas sus empresas, pero se granjeará igualmente el rencor despechado de las otras dos diosas, que en lo sucesivo no dejarán de perseguir con saña implacable a Paris y a todo el pueblo troyano.
La obra de Rubens, con su exuberancia carnal expuesta sin ambages, produjo un cierto escándalo en la corte española. Acerca de ella escribe el Cardenal Infante don Fernando, gobernador de los Países Bajos, a su hermano Felipe IV: “…por dicho de todos los pintores es la mejor que ha hecho Rubens, sólo tiene una falta (…) y es estar demasiado desnudas las tres diosas. La Venus (…) es retrato muy parecido de su misma mujer...”. El comentario , revelador de una actitud, indica además cuál fue el modelo utilizado por el artista, Elena Fourment.

El jardín del amor-The garden of love - Pedro Pablo Rubens

Museo del Prado

Pedro Pablo Rubens
En el grupo de personajes se reconoce al propio artista, encarnado en el caballero de la izquierda, y a su esposa, Elena Fourment, sentada en el centro de la composición y con un brazo sobre la rodilla de la dama que se halla a su lado. La fastuosidad de la composición, de la que se conocen varios dibujos preparatorios, se completa con alusiones alegóricas, como la fuente de las Gracias, presidida por Venus y rodeada por amorcillos que sobrevuelan a las parejas o enlazan a los amantes. Un examen en detalle ilustra acerca de la técnica efectista, compuesta por pinceladas amplias y sueltas, de que se sirvió el maestro en la plenitud de su quehacer.

El infante don Carlos - Diego Velázquez

El infante don Carlos - The Infante Don Carlos - Diego Velázquez - Museo del Prado. Segundo hijo varón de Felipe III, fallecido en 1632. Se dice que el personaje tuvo aficiones poéticas y pictóricas, circunstancia que pudiera explicar algunas de las características del cuadro, sin duda realizado bajo el ojo critico del propio modelo. Muestra al infante vestido de negro, con el Toisón y una cadena de oro en bandolera, sosteniendo su sombrero con la mano izquierda y un guante en la diestra, la figura se recorta de un fondo en penumbra mediante hábiles toques de luz. La composición responde a la tradición de retrato real establecida por Tiziano, artista que en aquel momento estudiaba Velázquez a través de las colecciones de palacio. Queda, sin embargo, un recuerdo tenebrista, a la manera sevillana, que vincula este lienzo a obras primerizas del pintor.
Museo del Prado
1628
209 × 125 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
Segundo hijo varón de Felipe III, fallecido en 1632. Se dice que el personaje tuvo aficiones poéticas y pictóricas, circunstancia que pudiera explicar algunas de las características del cuadro, sin duda realizado bajo el ojo critico del propio modelo. Muestra al infante vestido de negro, con el Toisón y una cadena de oro en bandolera, sosteniendo su sombrero con la mano izquierda y un guante en la diestra, la figura se recorta de un fondo en penumbra mediante hábiles toques de luz. La composición responde a la tradición de retrato real establecida por Tiziano, artista que en aquel momento estudiaba Velázquez a través de las colecciones de palacio. Queda, sin embargo, un recuerdo tenebrista, a la manera sevillana, que vincula este lienzo a obras primerizas del pintor.


Obras de:
Diego Velázquez
Adoración de los MagosAlmuerzo de campesinos o Comida de picarosCabeza de apóstol
Conde-Duque de OlivaresCristo crucificadoCristo en casa de Marta y María
Cristo en la cruzCristo y el alma cristianaDon Diego del Corral y Arellano
Don Luís de Góngora y ArgoteDon Pedro de Berberana y AparreguiDoña Antonia de Ipeñarrieta
Doña Juana Pacheco, esposa del autor, caracterizada como una sibilaDoña Maria de Austria, reina de HungriaDoña Mariana de Austria
Dos hombres a la mesaEl aguador de SevillaEl almuerzo
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y PerníaEl bufón Calabacillas o el “Bobo de Coria” El bufón llamado don Juan de Austria
El Conde-Duque de OlivaresEl Conde-Duque de Olivares a caballoEl geógrafo
El infante don CarlosEl príncipe Baltasar CarlosEl príncipe Baltasar Carlos a caballo
El príncipe Baltasar Carlos con un enanoEstudio para cabeza de ApoloFábula de Aracne o Las hilanderas
Felipe IVFelipe IV armado, con un león a los pies Felipe IV con armadura
Felipe IV en marrón y plataFelipe IV en traje de cazadorFrancisco de Quevedo
Francisco PachecoImposición de la casulla a San IldefonsoInmaculada Concepción
Juan de FonsecaJuan MateosLa cena de Emaús
La fragua de VulcanoLa Infanta Doña Margarita de AustriaLa mulata
La rendición de Breda o Las LanzasLa túnica de JoséLa venerable madre Jerónima de la Fuente
La Venus del EspejoLas Meninas o La familia de Felipe IVLos borrachos o El triunfo de Baco
Pablo de ValladolidRetrato de hombreRetrato de hombre joven
Retrato de la condesa de Olivares Retrato del Conde-Duque de OlivaresRetrato del conde-duque de Olivares
Retrato del papa Inocencio X San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño San Juan en Patmos
San PabloSanto TomásTres músicos
Vieja friendo huevosVilla Médicis


El expolio de Cristo - The Disrobing of Christ - El Greco

Pinacoteca de Munich

El Greco
El tema se halla basado en el evangelio apócrifo de Nicodemo e incluye la figura de un caballero revestido de armadura. En el primer término aparece la Virgen en actitud contrita, acompañada por san Juan y una de las Marías, y un hombre ocupado en taladrar la cruz, sin duda para colocar en ella la cartela con el “INRI”. Cristo conserva una cuerda atada a su muñeca derecha y está a punto de ser desposeído de su túnica de púrpura por un individuo de tez negroide y expresión despiadada; tras él se agita la turbamulta de sayones y soldados, a los que sirve de fondo un celaje sombrío, roto por jirones de nube que reciben una misteriosa luz cenital. La composición es de un sintetismo total; el Greco ha renunciado a las alusiones paisajísticas con objeto de resaltar el efecto dramático del conjunto de figuras, estrechamente agrupado. En los rostros de muchas de ellas se reconocen modelos –sin duda tomados del pueblo toledano- que el pintor utilizó en repetidas ocasiones.

martes, 24 de noviembre de 2009

El Coloso - Colossus - Francisco de Goya

Museo del Prado

Francisco de Goya
El coloso o El pánico, alegoría de un pueblo que huye atemorizado ante el gigantesco invasor. El detalle de las pequeñas figuras en caótico movimiento permite observar la evolución técnica del artista hacia un procedimiento de extraordinaria libertad, basado en una técnica de empaste del color en manchas deslavazadas y violentas.

El cacharrero y El quitasol - The potter and The Parasol - Francisco de Goya


Museo del Prado

Francisco de Goya
Serie de cartones para tapiz ejecutados por Goya en sus primeros años de trabajo en la corte madrileña, obras de formato y composición muy distintos que ponen de manifiesto las características más acusadas de su pintura en este periodo. Obligado a crear modelos para la fábrica de tapices, trata el artista de renovar un género que hasta entonces se nutría de la inspiración flamenca e italiana. La introducción de tipos humanos netamente hispánicos va acompañada de un estudio de la forma basado en Velázquez y la observación del natural. La luz y el color tienen en cuenta la necesidad última de la transposición al tapiz.

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