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domingo, 31 de enero de 2010

Retrato de León X - Pope Leo X with Cardinals Giulio de' Medici and Luigi de' Rossi - Rafael Sanzio



Rafael Sanzio
Corresponde a la etapa final del arte de Rafael, en la que los valores lineales se han fundido con la luz y el color para proporcionar una imagen efectista, que posee existencia natural en el espacio atmosférico que la circunda. Plenamente humanista en su concepción, esta efigie aspira a dar posteridad a la figura de un hombre que empleó al artista en los últimos años de su vida y que, a decir de un infundado rumor de la época, quiso otorgarle la dignidad de cardenal. Por muchas razones, este cuadro preludia el tipo de retrato manierista, estilo que desarrollarán en Roma los discípulos del maestro.

Retrato de joven - Portrait of young - Lucas Cranach el viejo


Lucas Cranach el viejo
Se trata de una joven, casi una niña, de rostro oval y cabellera rubia ceñida por una cinta de terciopelo negro. Del mismo color y material es su vestido, bajo el que lleva una camisa blanca, cerrada en el cuello por un cordoncillo. La figura se confunde con un fondo oscuro liso. Sus manos cruzadas sobre el halda son de dedos cortos, cuya contextura carnosa pone de manifiesto un suave sombreado.

Retrato de hombre - Portrait of a Man - Rafael Sanzio


Rafael Sanzio
El rostro, en posición totalmente frontal, es de contornos cuadrados y sólida arquitectura; los volúmenes de sus rasgos son valorados por transiciones de claroscuro realizadas con magistral técnica.

Retrato de Francesco delle Opere - Portrait of Francesco delle Opere - Pietro Perugino





Pietro Perugino
El personaje, en busto prolongado, aparece de frente sobre un fondo de paisaje típicamente peruginesco; sus manos y rostro reciben un modelado de gran efectismo, probablemente influido por Signorelli, su compañero en los años de trabajo junto a Piero Della Francesca. La disposición de este retrato muestra, asimismo, el influjo de la pintura flamenca.

Retrato de Francesco Maria Della Rovere - Portrait of Francesco Maria Della Rovere - Rafael Sanzio


Rafael Sanzio
Conserva este retrato un carácter lineal y dibujístico que prevalece sobre los valores del color y del claroscuro. El cuadro ofrece, al propio tiempo, una muestra de la temprana apreciación de la obra de Rafael, artista que a sus veintiún años recibía la comisión de efectuar este retrato del duque de Urbino.

martes, 26 de enero de 2010

Retrato de anciana - Portrait of elderly woman - Hans Memling




Hans Memling
El personaje, en busto, aparece sobre un fondo de paisaje en el que se divisa la curva de un camino y una casa rodeada de árboles; su rostro, ligeramente vuelto hacia la izquierda, está enmarcado por una toca cilíndrica cuyo vuelo desciende sobre los hombros. Viste traje con cuello ribeteado de piel grisácea, ceñido por un cinturón rojo apenas visible. Los rasgos han sido modelados, como es habitual en el artista, con un virtuoso empleo de los efectos de sombra, tendente a difuminar el detalle en beneficio de la captación de la personalidad individual.

Muchacho con un cesto de frutas - Youth with a flower basket - Caravaggio


Galería Borghese

Caravaggio
El bodegón de frutas muestra un procedimiento de ejecución cristalino y colorista típico de la juventud del artista, mientras que la figura ha sido modelada por medio de contrastes lumínicos que no poseen todavía la dureza propia de sus cuadros de madurez.

Minerva y el centauro - Pallas an the Cantaur - Sandro Botticelli




Sandro Botticelli
Contrasta la delicada anatomía de la diosa, bajo un manto de sensual transparencia, con la robustez del hirsuto centauro. Los detalles ornamentales en el vestido y aderezo de Minerva subrayan, con propósito alegórico, las diferencias entre ambas figuras. Se le atribuye un significado de alegoría del dominio de la razón y la castidad sobre el instinto ciego.

Martirio de san Cosme y san Damián - Martyrdom of St. Cosmas and St. Damian - Fra Angélico


Fra Angélico
Se trata de una pintura de pequeño formato que describe el episodio en un escenario de paisaje, extramuros de una ciudad fortificada. Su arquitectura pertenece a una villa italiana. Las lejanías montuosas, escalonadas en planos de colores cárdeno y verde, trasciende la atmósfera de la campiña toscana, poblada por castillos. Fray Angélico ha creado, pues, un marco ambiental conocido por el espectador de la época. De ahí que el martirio de los santos cobre un aire de inmediata actualidad.

La Virgen con el Niño y san Juan Bautista - The Virgin and Child with Saint John the Baptist - Sandro Botticelli



Sandro Botticelli
Las figuras se hallan ante un fondo de paisaje vegetal descrito minuciosamente y, en primer término , aparece un ara romana sobre la que se halla un libro. Tales elementos revelan la unidad de conceptos estéticos en la pintura italiana del Cuatrocientos. En la producción botticelliana existen numerosas madonnas de este género, concebidas como imágenes de devoción al alcance de la compresión popular.

miércoles, 20 de enero de 2010

La Gioconda - The Gioconda - Leonardo da Vinci

Museo del Louvre

Leonardo da Vinci

Suponemos que la modelo es Mona (apócope de Madonna, es decir, señora) Madonna Elisa Gherardini, nacida en Florencia el 1479 y casada el 1495 con el banquero napolitano Francesco di Bartolommeo di Zanobi, marqués del Giocondo.
La combinación de la perspectiva aérea y de la técnica del sfumato consiguen una estupenda sensación tridimensional y de profundidad. Los críticos de arte coinciden en afirmar que lo mejor del cuadro son las manos y por supuesto la enigmática sonrisa.
Leonardo dibujó el esbozo del cuadro y después aplicó el óleo diluido en aceite esencial. La técnica se conoce como Sfumato, la cual consiste en prescindir de los contornos netos y precisos del "Quattrocento" y envolverlo todo en una especie de niebla imprecisa que difumina los perfiles y produce una impresión de inmersión total en la atmósfera, lo cual da una sensación de tres dimensiones a la figura.
La modelo carece de cejas y pestañas, posiblemente por una restauración demasiado agresiva en siglos pasados, en la cual, se habrían barrido las veladuras o leves trazos con que se pintaron. El personaje dirige la mirada ligeramente a la izquierda y muestra una sonrisa francamente enigmática. Sobre la cabeza lleva un velo, signo de castidad y atributo frecuente en los retratos de esposas. El brazo izquierdo descansa sobre una butaca. La mano derecha se posa encima de este brazo. Esta postura transmite la impresión de serenidad y de que el personaje retratado domina sus sentimientos.
La técnica de Leonardo da Vinci se aprecia con más facilidad gracias a la "inmersión" de la modelo en la atmósfera y el paisaje que la rodean, potenciada además por el avance en la perspectiva atmosférica del fondo, que sería logro final del Barroco, y en la que los colores tienden al azulado y la transparencia, aumentando la sensación de profundidad.
Leonardo da Vinci pintó la Mona Lisa dando el efecto de que la sonrisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en otras partes del cuadro. El juego de sombras potencia la sensación de desconcierto que produce la sonrisa. No se sabe si parece sonreír o si es una sonrisa llena de amargura.
Margaret Livingstone, experta en percepción visual, desveló que la enigmática sonrisa es "una ilusión que aparece y desaparece por la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes, debido al funcionamiento del ojo humano si se mira directamente a la boca la sonrisa desaparece, mientras que si se mira a los ojos u otra parte del cuadro la sonrisa vuelve a aparecer en el rostro de la Gioconda”.
Livingstone señala además que los artistas llevan mucho más tiempo estudiando la percepción visual humana, que los mismos médicos especialistas en el tema.
Intentemos mirar el cuadro como si fuera la primera vez que lo vemos. "Lo que al pronto nos sorprende es el grado asombroso en que Mona Lisa parece vivir. Realmente se diría que nos observa y que piensa por sí misma. Como un ser vivo, parece cambiar ante nuestros ojos y mirar de manera distinta cada vez que volvemos a ella. Unas veces parece reírse de nosotros; otras, cuando volvemos a mirarla nos parece advertir cierta amargura en su sonrisa”. Todo esto parece un tanto misterioso, y así es, realmente, el efecto propio de toda gran obra de arte. Sin embargo, Leonardo pensó conscientemente cómo conseguir ese efecto y por qué medios. Vio claramente un problema que la conquista de la Naturaleza había planteado a los artistas; un problema no menos intrincado que el de combinar correctamente el dibujo con la composición armónica.
Las grandes obras de los maestros del Quattrocento italiano tenían una cosa en común: sus figuras parecían algo rígidas, esquinadas, casi de madera. La razón de ello puede proceder de que, cuanto más conscientemente copiamos una figura, línea a línea y detalle por detalle, menos podemos imaginarnos cómo se mueve y respira realmente. Parece como si, de pronto, el pintor hubiera arrojado un espejo sobre ella y la hubiera encerrado allí para siempre. Los artistas intentaron vencer esta dificultad de varios modos. Botticelli, por ejemplo, trató de realzar en sus cuadros el ondear de los cabellos y los flotantes adornos de sus figuras, para hacerlas menos rígidas de contornos. Pero sólo Leonardo encontró la verdadera solución al problema. El pintor debía dejar al espectador algo que adivinar. Si los contornos no estaban tan estrictamente dibujados, si la forma era dejada con cierta vaguedad, como si desapareciera en la sombra, esta impresión de dureza y rigidez sería evitada. Esta es la famosa invención de Leonardo que los italianos denominan sfumato: el contorno borroso y los colores suavizados que permiten fundir una sombra con otra y que siempre dejan algo a nuestra imaginación.
La sistemática observación de los fenómenos físicos llevó a Leonardo a degradar los colores para marcar la lejanía progresiva del paisaje y suavizar el dibujo difuminando los perfiles como efecto de la atmósfera que envuelve figura y naturaleza, de manera que ambas queden armónicamente unificadas. Así, mientras pinta las figuras y los objetos situados en primer término con una mayor precisión, va suavizando y matizando el trazo a medida que los objetos se alejan, de manera que quedan difuminados por la masa de aire interpuesta, dando la sensación de una auténtica lejanía (Perspectiva aérea).
La expresión de un rostro reside principalmente en dos rasgos: las comisuras de los labios y las puntas de los ojos. "Precisamente son esas partes las que Leonardo dejó deliberadamente en lo incierto, haciendo que se fundan con sombras suaves. Por este motivo nunca llegamos a saber con certeza cómo nos mira realmente Mona Lisa. Su expresión siempre parece escapársenos. Leonardo da Vinci pintó la Mona Lisa con el efecto de que la sonrisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en otras partes del cuadro. El ojo humano tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa pero más adecuada para reconocer las sombras. Da Vinci pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que vemos mejor con nuestra visión periférica.
Pero también existen otros motivos para producir dicho efecto: los dos lados del cuadro no coinciden exactamente entre sí, como lo pone en evidencia el paisaje del fondo. El horizonte en la parte izquierda parece hallarse más alto que en la derecha. En consecuencia, cuando centramos nuestras miradas sobre el lado izquierdo del cuadro, la mujer parece más alta o más erguida que si tomamos como centro la derecha. Y su rostro, asimismo, parece modificarse con este cambio de posición, porque también en este caso las dos partes no se corresponden con exactitud.
La serena majestuosidad de La Gioconda, que en otros pintores es imposición del cliente, es en Leonardo el resultado de sus especulaciones filosóficas sobre el alma humana. No recurre ni a la actitud sofisticada, ni al lujo de los vestidos, sino, simplemente, a la profundización de la idea de belleza, a través del juego de luces y sombras en suave transición y de la disposición serena de la actitud. La figura de la mujer, en efecto, está totalmente construida por la luz que la inviste, la rodea, la penetra; la luz progresa desde el fondo, ralentizando paulatinamente el ritmo de su vibración, y se concreta en la transparencia de los velos, en los pliegues del vestido, entre los cabellos, y, finalmente, resbala sobre el rostro y las manos haciendo sentir, bajo la piel diáfana, el cálido y secreto pulso de la sangre.

La joven del unicornio - Lady with a Unicorn - Rafael Sanzio

Galería Borghese

Rafael Sanzio
La composición muestra a la joven en más de medio cuerpo, ligeramente vuelta hacia la izquierda y con el rostro casi de frente. En sus brazos sostiene un pequeño unicornio y su sencillo vestido se adorna con una joya formada por un rubí del que cuelga una perla. Tras ella, enmarcado por dos columnas, se despliega un suave paisaje con lago y lejanía de montañas azuladas. La presencia del unicornio en brazos de la dama indica que se trata del retrato de una doncella célibe, puesto que dicho atributo es símbolo de la virginidad.

martes, 19 de enero de 2010

La fortaleza - Fortitude - Sandro Botticelli

Galeria Uffizi

Sandro Botticelli
La Virtud de la Fortaleza es generalmente representada con casco, escudo y espada, en este caso inexistentes, aparece aquí con una coraza puesta; en las manos sujeta una maza de hierro, cuya forma evoca otro atributo relacionado con ella, la columna. La luz fría y nítida que se refleja en la coraza y en los diamantes que resaltan en el metal, hace resplandecer las perlas que lleva en la cabeza como una diadema, clara alusión a la pureza.

La cena de Emaús - Supper to Emmaus - Michelangelo Merisi da Caravaggio

Museo de Brera

Michelangelo Merisi da Caravaggio
El maestro sigue una labor de experimentación con la forma humana en ambientes luminosos de gran poder dramático. El cuadro responde a los principios del procedimiento tenebrista caravaggiesco, es decir, la sumisión de los personajes a una fuente de luz concentrada, que modela con durísimos contrastes los rostros y las indumentarias, dejando una gran parte de la composición en impenetrable oscuridad. Cristo se halla sentado a la mesa, ante un bodegón cuyos objetos poseen extraordinario relieve, rodeado por los peregrinos y dos sirvientes. El primer término –la espalda de la figura de la izquierda y el frente de la mesa- posee un grado de penumbra que permite reconocer las líneas fundamentales de los objetos, en particular la mano derecha del peregrino, cuyos dedos perfila un sutil efecto luminoso. En el plano intermedio, los restantes personajes cobran acusada corporeidad en virtud de la luz incidente, recortándose sobre un fondo al que la oscuridad concede el misterio de lo ignoto. 

lunes, 18 de enero de 2010

La calumnia - Calumny - Sandro Botticelli

Galería Uffizi

Sandro Botticelli
El artista sitúa esta compleja composición alegórica en un marco arquitectónico que tiene por fondo el mar verdoso y un cielo liso. Contrasta la prolija decoración escultórica de la estancia, especie de salón del trono abierto al exterior por tres arquerías en cuyos paramentos existen hornacinas que albergan esculturas del Antiguo Testamento. La efigie de David que aparece en el centro del cuadro recuerda la estatuaria de Donatello. A la derecha, sobre un podio decorado con relieves tratados en grisalla, está el juez, cuya sentencia pretenden influir la Ignorancia y la Sospecha, en la persona de dos mujeres de rostros crispados. El grupo central se halla formado por la Ira, en forma de varón con hábito de aspecto monástico que dirige su mano izquierda hacia el juez y coge con la diestra la muñeca de la Calumnia. Ésta arrastra al inocente, mientras sus cabellos son adornados por las figuras femeninas de la Envidia y la Insidia. A la izquierda aparecen la Penitencia, cubierta por pesados y andrajosos mantos. Y la Verdad desnuda, con el índice señalando al cielo.

La Anunciación - The Annunciation - Leonardo Da Vinci

Galería Uffizi

Leonardo Da Vinci
La composición muestra a la Virgen sentada a la puerta de una mansión de arquitectura nobiliaria, ante un cassone decorado con relieves de gusto clásico, el cual sostiene un atril con un libro. El ángel se halla arrodillado en un espacio de jardín cubierto de pequeñas plantas floridas, recortándose sus alas sobre el fondo arbóreo de un parque. En el paisaje ha querido Leonardo dar una prueba de su ingenio; las formas vegetales se disponen con criterio geométrico ocultando un horizonte montuoso que se funde con el celaje.

La Anunciación - The Annunciation - Sandro Botticelli

Galeria Uffizi

Sandro Botticelli
Las figuras poseen una gracia y son objeto de una idealización que parecen inspiradas en la estética del gótico. Enfatiza el pintor el valor de los elementos ornamentales y dedica primordial atención al dibujo. La escena se desarrolla en una estancia de arquitectura severa, con la pared gris del fondo, en la que se destaca la apertura de la puerta, enmarcada por una moldura de piedra, y el pavimento de recuadros en escorzo. 

Entierro de Cristo - The Entombment - Rafael Sanzio

Galería Borghese

Rafael Sanzio
Existe un propósito por plasmar las tensiones anatómicas, el esfuerzo físico, que preludia claramente el manierismo y que debe atribuirse a la influencia de Miguel Ángel. La composición en aspa a derecha e izquierda la rompe la figura de Cristo.

sábado, 16 de enero de 2010

El taller del pintor, Alegoría real - The Artist's Studio, Real Allegory - Gustave Courbet

Museo D´Orsay

Gustave Courbet
Fue descrito como “una burrada aterradora, imaginada por un hombre sin educación y pintada por un obrero viejo”. El cuadro iba a ser expuesto junto con otras obras del artista para demostrar su desacuerdo con los organizadores de la Exposición Universal de 1855, quienes en el recinto oficial del certamen habían concedido espacio a su juicio inadecuado para la presentación de su obra. Courbet ha retratado en él a sus amigos y a los personajes del mundo del arte que frecuentaban su difícil compañía. Este lienzo constituye un destacado ejemplo de la manera rigurosa y tradicionalista con que el pintor se enfrentaba a los problemas estéticos.

El regreso de Judit a Betulia - The return of Judith - Sandro Botticelli

Galería Uffizi

Sandro Botticelli
Para salvar del asedio al que era sometida su ciudad por parte de los asirios, Judit ideó un plan de salvación. Después de vestirse para resultar muy atractiva, se dirigió con su sirvienta al campo adversario, donde consiguió llegar hasta el jefe enemigo, Holofernes. El general se enamoró e intentando seducirla la invitó a un banquete. Cuando quedaron a solas y, él borracho, quedo dormido, Judit lo mató cortándole la cabeza.
Judit aparece en actitud de marcha, empuñando la espada en la diestra y con una rama, símbolo de la virtud, en la mano izquierda. Su sirvienta transporta la cabeza de Holofernes. Ambas figuras han sido tratadas con exquisita sensibilidad lineal, mostrando en la menuda agitación de los pliegues de sus ropajes los efectos de una brisa ligera. El paisaje se extiende tras ellas hacia lejanías difuminadas.
Formaba un díptico con el Descubrimiento del cadáver de Holofernes.

miércoles, 13 de enero de 2010

El embarcadero de San Marcos - View of the Bacino di San Marco - Canaletto

Museo de Brera

Canaletto
El pintor ha adoptado un punto de vista que le permite representar tan sólo una fachada de nobles edificios: el palacio de los dux, la biblioteca -entre ambos las columnas con el león y la estatua de san Teodoro-, y al fondo de la piazzetta la inconfundible silueta de la basílica, acompañada por la del campanile que sobresale a la izquierda. Numerosas embarcaciones de diversos tipos se hallan amarradas al molo, mientras que en el primer término circulan góndolas y una barca de pesca transportando pasajeros que Canaletto ha descrito con un método efectista de gran sencillez pictórica.

El Ángelus - Jean Francois Millet

Museo D´Orsay

Jean Francois Millet
La depuración compositiva –dos figuras en pie ante un paisaje intrascendente- responde al deseo de dar todo su valor a una situación, el rezo, que es producto de vivencias religiosas. La calidad del dibujo y la eliminación del detalle accesorio compensan la falta de sensibilidad cromática.

Desposorios de la Virgen - Marriage of the Virgin - Rafael Sanzio

Museo de Brera

Rafael Sanzio
Se halla firmada y fechada –por medio de una inscripción en letras capitales, sobre el arco central del templo- en 1504. Los Desposorios de la Virgen se hallan compuestos en dos zonas que corresponden a distintos términos espaciales. En la parte baja, un primer plano con las figuras principales, la Virgen y san José, éste colocando el anillo matrimonial en presencia del Sumo Sacerdote. La figura mariana lleva un cortejo de doncellas, mientras que san José está acompañado por varios varones; uno de ellos rompe su vara con la rodilla, simbolizando su renuncia a desposar a la Virgen, cuya mano pretendía. Rafael ha caracterizado a los personajes con un criterio heterogéneo. Las figuras femeninas, el sacerdote y san José visten a la antigua, mientras que la indumentaria del grupo de hombres responde a la moda italiana de los primeros años del siglo XVI. De la misma manera trata a los personajes que puebla la mitad superior del cuadro, es decir, los términos que median entre la escena principal y el templo que cierra la composición. El pintor ha descrito con minucia y rigor este edificio, erigido sobre un podio escalonado y cubierto por cúpula. La preocupación por los conceptos espaciales lleva, asimismo, a Rafael a mostrar el horizonte lejano a través de la puerta del templo.
Uno de los elementos más importantes de referencia espacial y de enlace entre las figuras próximas y los restantes planos de la composición es el pavimento de mármoles bicolores. Sus piezas cuadradas se reducen y deforman progresivamente, creando la perfecta ilusión de la distancia. Rafael al ejecutarla contaba tan solo veintidós años de edad.

Crispín y Scapin - Honoré Daumier

Museo D´Orsay 

Honoré Daumier
Ejecutado con desenfado y negligencia técnica, el cuadro presenta dos personajes de la comedia cómica ante un decorado inconcreto. Busca el autor efectos expresivos de gran dureza, primarios y seguros. En cierto modo, su interés preludia el del expresionismo europeo del siglo actual.

jueves, 7 de enero de 2010

Autorretrato - Selfportrait - Albert Durero

Museo del Louvre

Albert Durero
La fecha (1493) y la inscripción que figura junto a ella, en la parte superior del cuadro, indican que trata de una obra ejecutada para señalar el compromiso matrimonial del artista. La composición muestra al personaje en actitud de ofrecer una planta silvestre que en Alemania merece tradicionalmente la consideración de símbolo de la fidelidad conyugal. El autorretrato, finalmente, constituye un magnifico ejemplo de un ejercicio de introspección en su propia personalidad que el pintor desarrollaría en distintas etapas de su vida.

Apolo y Marsias - Apollo and Marsyas - Pietro Perugino

 Museo del Louvre

Pietro Perugino
El sileno frigio Marsias tuvo una muerte atroz a manos de Apolo. Marsias había recogido la flauta de dos tubos que Atenea había arrojado lejos de sí, irritada al ver desfigurado su rostro cuando tocaba el instrumento.. Nada más tenerla en su poder, Marsias provocó a Apolo jactándose de tocar mejor que él. El orgullo del imprudente Marsias fue duramente castigado. El dios se mostró dispuesto a competir con Marsias, pero después de derrotarlo se vengó del viejo sátiro suspendiéndolo de un pino y despellejándolo vivo.
Las figuras principales, antepuestas a un paisaje convencional, se hallan acompañadas por aves en vuelo; el artista se ha esforzado en retener una imagen registrada por su memoria visual, incorporándola a la composición para darle carácter duradero. El panorama ofrece un lago a cuyas orillas se alza un castillo y parece inspirado, por sus lejanías evanescentes y violáceas, en la pintura flamenca.

Amor profano y amor divino - Sacred and Profane Love - Vecellio di Gregorio Tiziano

Amor profano y amor divino - Sacred and Profane Love - Vecellio di Gregorio Tiziano - Titian - Galería Borghese. Sin temor a incurrir a error, puede afirmarse que esta obra representa dos tipos de amor, el profano y el divino, y que su escenario de paisaje constituye un simbolismo de la primavera, es decir, de la fecundidad. La dos figuras principales se hallan sentadas en un sarcófago clásico decorado con relieves, el cual ha sido convertido en fuente. Entre ambas crece un lozano rosal sobre el que vierte el caño de desagüe. Un amorcillo sumerge su mano en la fuente, teniendo ante él una pátera de plata, hojas y una flor del rosal desparramada sobre el borde del sarcófago. El marco de paisaje comprende lugares muy variados; una aldea centrada en torno a una torre circular corona la cima de la colina de la izquierda, mientras que en el extremo derecho de la composición aparece un poblado junto a la orilla de un lago. Los términos de este escenario han sido tratados por Tiziano con densidad y misterio, animándolos con figuras de jinetes, paseantes, un pastor con su rebaño, un perro persiguiendo a una liebre y una pareja de conejos. Revela el autor un extraordinario dominio de la técnica, que se pone al servicio de la traducción pictórica de las calidades anatómicas, de las ricas texturas de las telas o de la pátera de plata, y de la mortecina grisalla del relieve esculpido en el sarcófago. En los celajes animados por movidas formaciones de nubes, proyecta el pintor una claridad que sirve para dar a esta composición sus valores atmosféricos.
Galería Borghese
1514
118 x 279 cm. Óleo sobre lienzo

Vecellio di Gregorio Tiziano
Sin temor a incurrir a error, puede afirmarse que esta obra representa dos tipos de amor, el profano y el divino, y que su escenario de paisaje constituye un simbolismo de la primavera, es decir, de la fecundidad.
Las dos figuras principales se hallan sentadas en un sarcófago clásico decorado con relieves, el cual ha sido convertido en fuente. Entre ambas crece un lozano rosal sobre el que vierte el caño de desagüe. Un amorcillo sumerge su mano en la fuente, teniendo ante él una pátera de plata, hojas y una flor del rosal desparramadas sobre el borde del sarcófago.
El marco de paisaje comprende lugares muy variados; una aldea centrada en torno a una torre circular corona la cima de la colina de la izquierda, mientras que en el extremo derecho de la composición aparece un poblado junto a la orilla de un lago. Los términos de este escenario han sido tratados por Tiziano con densidad y misterio, animándolos con figuras de jinetes, paseantes, un pastor con su rebaño, un perro persiguiendo a una liebre y una pareja de conejos. Revela el autor un extraordinario dominio de la técnica, que se pone al servicio de la traducción pictórica de las calidades anatómicas, de las ricas texturas de las telas o de la pátera de plata, y de la mortecina grisalla del relieve esculpido en el sarcófago. En los celajes animados por movidas formaciones de nubes, proyecta el pintor una claridad que sirve para dar a esta composición sus valores atmosféricos.


Obras de:
Vecellio di Gregorio Tiziano
Adán y Eva Amor profano y amor divinoAutorretrato
Concierto campestre Coronación de espinasDánae recibiendo la lluvia de oro
El Dux Niccolo Marcello El emperador Carlos V, a caballo en MühlbergEl hombre de la palma
El hombre del guante El hombre vestido de azulEl tributo del cesar
Flora Jesús y el CireneoLa Bacanal de los Andrios
La Venus de Urbino La Venus del PardoLa Virgen con el Niño entre San Antonio de Padua y San Roque
La Virgen de san Nicoló dei Frari La Virgen y el NiñoNoli me Tangere
Ofrenda a Venus, diosa de los amores PiedadRetrato de Cristoforo Madruzzo
Retrato de Felipe II Retrato de Francisco IRetrato de la emperatriz Isabel de Portugal
Retrato de un caballero veneciano Retrato de una dama con abanicoRetrato de una hija de Roberto Strozzi
Retrato del Dux Andrea Gritti Retrato del Dux Marcantonio TrevisaniRetrato del emperador Carlos V
Retrato del papa Paulo III San Juan BautistaVenus ante un espejo
Venus recreándose con el Amor y la Música / Venus recreándose en la Música Venus vendando los ojos del AmorVenus y Adonis


Alegoría de la Primavera - Allegory of Spring - Sandro Botticelli

Galería Uffizi

Sandro Botticelli
El artista determina la aparición, en el lado derecho, de Cloris –con una rama florida en la boca- sostenida por el Céfiro, a quien su condición de viento proporciona carácter volante. Junto a ellos, una figura femenina vestida con túnica vaporosa ornada con todas las flores, es decir, Flora, personifica la Primavera. En el centro de la composición ha situado el autor a Venus con el vientre abultado por su fecundidad. A la izquierda se hallan las Gracias, vestidas con ligerísimas túnicas que resaltan sus bellezas anatómicas. En el extremo del mismo lado representa el pintor a Mercurio, vestido con un paño rosado y, como conviene a su personalidad, armado con una cimitarra. Sobre todas estas figuras planea el Amor, presto a disparar sus flechas.

Adoración de los Reyes - The Adoration of the Magi - Sandro Botticelli

Galería Uffizi
Sandro Botticelli
Muestra la composición a la Sagrada Familia sobre una eminencia rocosa abrigada por un muro en ruina, ante la cual depositan sus regalos los Magos, rodeados por dos grupos de personajes de su séquito. A la izquierda, el paisaje tiene como fondo una galería con arquerías que fuga hacia el horizonte. Su interés histórico reside en el hecho de que muchos de los personajes representados –entre ellos los Reyes- son probablemente retratos de miembros de la familia Médicis. También en el terreno de la hipótesis se piensa que el joven que aparece en la derecha con la mirada al frente sea el propio Botticelli.

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