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sábado, 8 de marzo de 2014

La expulsión de Heliodoro del templo / Rafael Sanzio

La expulsión de Heliodoro del templo, Rafael Sanzio, Stanza di Heliodoro, El Vaticano, Museo, Roma, Florencia, Renacimiento, Barroco
La expulsión de Heliodoro del templo, Rafael Sanzio, Stanza di Heliodoro, El Vaticano, Museo, Roma, Florencia, Renacimiento, Barroco
La expulsión de Heliodoro del templo, Rafael Sanzio, Stanza di Heliodoro, El Vaticano, Museo, Roma, Florencia, Renacimiento, Barroco,
Stanza di Heliodoro, El Vaticano
1511
Base 750 cm. Fresco

Rafael Sanzio
El episodio se desarrolla en el interior de un grandioso edificio clásico, definido por pesadas bóvedas de cañón, en las que alternan resplandores de luz y zonas en sombra, en un ritmo dinámico proyectado hacia el primer plano donde, en los márgenes de un espacio vacío, se agolpan figuras dramáticas y agitadas.
Pegadas a la pilastra de la izquierda, dos figuras masculinas, desarrolladas a lo largo de una línea en espiral, se inclinan para observar al sacerdote Oria, sumido en la oración bajo las bóvedas aclaradas por la luz incierta del candelabro de seis brazos. En el extremo de la izquierda, Julio II, llevado por los silleteros, asiste al hecho, imperturbable y solemne, símbolo de la inviolabilidad de las posesiones de la iglesia, en evidente referencia a las vicisitudes contemporáneas; constituyen la única parte del fresco concebida según un esquema estático. En las figuras de los dos silleteros se ha querido reconocer a Marcantonio Raimondi y a Giulio Romano, en una especie de homenaje a los dos alumnos más apreciados y activos. En la figura señalada como Giulio Romano algunos estudiosos identifican, en cambio, el más que probable autorretrato de Rafael. La figura femenina de la izquierda y de espalda se .atribuye a la mano de Giovanni da Udine, uno de los numerosos seguidores de Rafael; su postura, casi atornillada sobre sí misma, y la complejidad física, evidencian la impresión recibida por las figuras de la Sixtina. En la parte derecha del fresco, Heliodoro, profanador del templo, es pisoteado por los cascos del caballo de un mensajero divino, asistido por dos ángeles que blanden sendas varas. La violencia de la acción, la agitación de los gestos y de los movimientos y el fuerte contraste del claroscuro son elementos que caracterizan en sentido dramático, la narración de toda la estancia.

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