Ben Nicholson
Aunque por diversión pinte o dibuje alguna vez paisajes y bodegones, Nicholson mantiene tenazmente el abstractismo, en cuadros con formas circulares o rectilíneas, muchas veces tratadas en relieve o al menos perfiladas por una incisión en el tablero. Esta composición acusa la influencia de Mondrian, pero sin el rigor de éste en cuanto a la distribución de espacios y en cuanto al colorido. El de Nicholson es un arte más amable por sus calidades táctiles que le quitan frialdad.
Este cuadro resume las experiencias y la sabiduría de su autor, que lo pintó cuando había superado los setenta años.