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sábado, 20 de abril de 2013

Naturaleza muerta con copa, corona de flores y joyero / Jan Bruegel el Viejo

Museos Reales de Bellas Artes, Bruselas

Jan Bruegel el Viejo
Los cuadros de flores y guirnaldas de Bruegel de Velours se caracterizan por una gran profusión de detalles y por una ejecución minuciosa. En sus últimas obras consiguió una mayor claridad y nitidez. Su maestría, derivada de la pintura miniaturista, puede admirarse también en las obras de Rubens.

Paisaje con molino de viento / Jan Bruegel el Viejo

Museo del Prado, Madrid

Jan Bruegel el Viejo
En los paisajes de Bruegel de Velours se advierte la influencia de su padre, así como de Jóos de Momper y de Paul Bril. Hasta 1600 prefirió los paisajes de fantasía, pero luego se decantó por la atenta observación de la naturaleza, el colorido y la estructura pictórica del barroco temprano. Abandonó las escenas sobrecargados de detalles en favor de imágenes más austeras, con pocos motivos y algunas figuras bajo la luz cambiante.

sábado, 2 de marzo de 2013

Alegoría de la vista y del olfato / Jan Bruegel el Viejo

Museo del Prado, Madrid

Jan Bruegel el Viejo
Este lienzo pertenece a un ciclo dedicado a los cinco sentidos, un tema muy querido y representado en Flandes. Bruegel optó por una composición muy compleja, que alude de distintas maneras a la vista y al olfato. Dos damas nobles, pintadas como los angelotes de Rubens, se entretienen junto a una mesa redonda. Una aspira el aroma de las flores, mientras la otra se mira al espejo. Todos los objetos (joyas, telescopio, globo, obras de arte) guardan relación con las cosas más apreciadas por el ser humano. La habitación está estructurada como si fuera la sala de un coleccionista, con muchos cuadros que repiten el tema de la composición general.

lunes, 21 de enero de 2013

Vista "Los Sentidos" / Jan Brueghel de Velours

Museo del Prado

Jan Brueghel de Velours
La Vista formaba parte de la serie de los Cinco Sentidos - junto al Oído, el Olfato, el Gusto y el Tacto - realizada en colaboración por Brueghel y Rubens. Esta escena sería la más bella de toda la serie, dedicándose Brueghel a la realización de los cuadros y demás objetos que llenan la estancia, mientras Rubens trabajaría en las dos figuras principales. En una amplia sala se sitúan Venus y Cupido, admirando un cuadro de temática religiosa. Tras ellos, se abre un arco que nos permite ver el paisaje del fondo, contemplándose unas construcciones y un pavo real junto a una fuente. En la zona de la derecha, vemos una galería en la que penetra un rayo de luz por un óculo, creando un sensacional efecto atmosférico. En primer plano observamos un buen número de cuadros - estando todos documentados - , junto a diferentes elementos que completan el bodegón: libros, medallas, flores, monedas, cerámica, etc. En la pared del fondo, junto a la maravillosa lámpara, apreciamos una amplia colección de bustos romanos, algunos de ellos ocultos por más lienzos. La tabla es una excelente muestra del interés por el coleccionismo que surge entre la nobleza y la burguesía flamencas durante el Barroco. Este coleccionismo fue impulsado por los Gobernadores españoles de los Países Bajos, Isabel Clara Eugenia y Alberto de Austria, cuyo retrato vemos tras la diosa de la belleza, buen símbolo de la Vista. El estilo minucioso y detallista de Brueghel queda claramente patente en toda la serie, pero especialmente en esta escena, por la cantidad de detalles que se aprecian, tanto en los cuadros como en los demás objetos que se esparcen por el suelo. Las dos figuras recogen claramente el estilo de Rubens, cuya pincelada es más suelta. Toda la serie de los Cinco Sentidos estuvo colocada en el Alcázar de Madrid desde 1636, salvándose del incendio que destruyó el palacio de los Austrias en 1734.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Oído "Los Sentidos" / Jan Brueghel de Velours

Museo del Prado

Jan Brueghel de Velours
Formando parte de la serie de los Cinco Sentidos y teniendo como compañeros a la Vista, el Gusto, el Olfato y el Tacto, el Oído está representado por instrumentos musicales. Al fondo de la escena y en la zona de la izquierda contemplamos, gracias a la iluminación que penetra por una ventana que no vemos, un grupo de músicos cantando y tocando alrededor de una mesa. En primer plano, se sitúa Venus con un amorcillo también cantando, acompañados de un ciervo, símbolo del oído. El gesto de Venus, mirando al espectador, es una invitación para hacernos partícipes en el concierto. La estancia está presidida por una amplia galería de tres arcos de medio punto con tirantes que nos permiten observar los jardines del Palacio de Mariemont, residencia de descanso de los Archiduques Isabel Clara Eugenia y Alberto de Austria, gobernadores de los Países Bajos y grandes mecenas. En las paredes de la estancia se aprecian numerosos cuadros, muestra del amplio gusto por el coleccionismo artístico desarrollado durante el Barroco Flamenco. En un aparente desorden podemos contemplar, distribuidos por el suelo de la habitación, una excelente colección de instrumentos musicales y de partituras. La obra se considera colaboración entre Rubens - quien se encargaría de las figuras principales en las que muestra su estilo particular - y Jan Brueghel - ocupado de todos los demás elementos que configuran la escena, mostrando su calidad y preciosismo a la hora de realizar los detalles de los objetos -. La riqueza visual de este tipo de trabajos hace que sean de los más admirados por los numerosos visitantes del Museo del Prado.

jueves, 5 de noviembre de 2009

El Gusto - Taste - Jan Brueghel de Velours

Museo del Prado

Jan Brueghel de Velours
En un formato apaisado incluye su autor elementos paisajísticos –un bosque con el castillo de Tervueren al fondo- y domésticos –una cocina en la que se elaboran manjares-, presididos por una gran mesa a la que se sienta una ninfa, servida por un sátiro. Dicho marco ambiental alberga un bodegón en el que se combinan vegetales, frutos, pesca y caza. Se trata de una escenografía artificial y simbólica que comprende, asimismo, obras de arte; a la izquierda, un cuadro del propio artista, Cibeles y las estaciones.

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