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miércoles, 30 de junio de 2010

Resurrección – Resurrection - Giovanni Bellini


Giovanni Bellini
Cuadro de concepción muy original, apartado de las plantillas compositivas tradicionales. Ya es nueva la actitud del Cristo triunfante flotando en el aire, pero aún es más interesante la disposición de la tumba, integrada en un paisaje rocoso que se prolonga hasta una lejanía de montaña, debiendo señalarse también la libertad de actitudes de los soldados romanos. El castillo que se ve al fondo ha sido identificado como el de Monselice, fortaleza residencial que aún existe en los alrededores de Padua.
Bellini rompe aquí con muchos convencionalismos en la figuración de esta sacra escena. La fecha en que hubo de pintar este cuadro, 1479, coincide con la iniciación de su etapa productiva en que los elementos del paisaje revisten categoría principal.

Mujeres bailando en el Moulin Rouge - At the Moulin Rouge, The Two Waltzers - Henri de Toulouse-Lautrec

Mujeres bailando en el Moulin Rouge - At the Moulin Rouge, The Two Waltzers - Henri de Toulouse-Lautrec - Galería nacional de Praga. Toulouse-Lautrec nos introduce en el ambiente frívolo del París de fin de siglo. Con la familiaridad habitual, presenta el célebre cabaret y retrata a las gentes que lo frecuentan. Una de las dos mujeres que bailan juntas es Cha-u-Kao, la actriz excéntrica a la que por una vez vemos en traje de calle, sin la indumentaria grotesca y los afeites con que aparece en otros dibujos y pinturas de Toulouse-Lautrec. En la que está de espaldas con blusa roja se reconoce a Jane Avril, la vedette presente por lo menos en una veintena de obras, incluidos algunos carteles. El hombre sentado en el lado derecho es el pintor Charles Conder y el de la parte opuesta François Gauzi. En este ambiente amistoso, traza las figuras con su línea infalible y luego las magnifica mediante la yuxtaposición y la contraposición de los colores más intensos. La expresión lograda por el artista es a la vez irónica y cordial. El cuadro está fechado en 1892, pintado en cartón con el soporte suplementado abajo y a la izquierda, sin duda para centrar la composición después de empezado el trabajo. El procedimiento utilizado es básicamente óleo con mezcla de lápiz y pastel que disuelve en toques de aguarrás.
Galería nacional de Praga
1892
93 x 80 cm. Óleo sobre cartón

Henri de Toulouse-Lautrec
Toulouse-Lautrec nos introduce en el ambiente frívolo del París de fin de siglo. Con la familiaridad habitual, presenta el célebre cabaret y retrata a las gentes que lo frecuentan. Una de las dos mujeres que bailan juntas es Cha-u-Kao, la actriz excéntrica a la que por una vez vemos en traje de calle, sin la indumentaria grotesca y los afeites con que aparece en otros dibujos y pinturas de Toulouse-Lautrec. En la que está de espaldas con blusa roja se reconoce a Jane Avril, la vedette presente por lo menos en una veintena de obras, incluidos algunos carteles. El hombre sentado en el lado derecho es el pintor Charles Conder y el de la parte opuesta François Gauzi.
En este ambiente amistoso, traza las figuras con su línea infalible y luego las magnifica mediante la yuxtaposición y la contraposición de los colores más intensos. La expresión lograda por el artista es a la vez irónica y cordial.
El cuadro está fechado en 1892, pintado en cartón con el soporte suplementado abajo y a la izquierda, sin duda para centrar la composición después de empezado el trabajo. El procedimiento utilizado es básicamente óleo con mezcla de lápiz y pastel que disuelve en toques de aguarrás.


Obras de:
Henri de Toulouse-Lautrec
Danza de la Goulue y Valentin-le-Désossé Danza moriscaEl almirante Viaud
El canapé En el circo FernandoEn el Moulin Rouge
Jane Avril bailando La camaLa clownesa Cha-U-Kao
La Goulue en el Moulin Rouge La mujer del boa negroMujeres bailando en el Moulin Rouge


La fiesta del rosario – The Feast of the Rosary - Alberto Durero


Alberto Durero
Pieza de capital interés en el conjunto de la producción del maestro, puesto que señala uno de los decisivos momentos de transición de su estilo. La historia del cuadro se conoce con precisión. Fue pintado durante su viaje a Venecia, por encargo de la cofradía de mercaderes alemanes y con destino a la iglesia de san Bartolommeo. En su realización invirtió el artista cinco meses, como indica la inscripción que ostenta el pergamino sostenido por el personaje que autorretrata el autor (al fondo, a la derecha): “Exegit quinquemestri spatio Albertus Durer Germanus”, seguida de la fecha 1506. Durero concedió gran trascendencia a la ejecución de esta obra, puesto que en su correspondencia figuran diversas alusiones a la misma que indican su propósito de que fuera testimonio duradero de su paso por Venecia.
De acuerdo con la intención de posteridad que animó al artista, la obra incluye, además de su autorretrato, la representación de numerosas personalidades de la vida veneciana del momento, congregadas en torno a las figuras de la Virgen y el Niño, junto a las que aparece san Bartolomé. Sobrevuelan el grupo de ángeles portadores de coronas de rosas; dos de ellos sostienen el baldaquino de seda y otra pareja una tiara de orfebrería sobre la cabeza de María. Se halla la composición enmarcada por árboles que se abren a la derecha sobre un lejano panorama de montañas, inmerso en una atmósfera transparente y diáfana. La estructura y solución del cuadro son fruto de la suma de una serie de circunstancias. Sin duda que la riqueza tonal y la claridad atmosférica responden de alguna manera al deseo de competir con la pintura veneciana. La paleta de Durero se enriquece en suma con una gama infinita de valores intermedios, lo que permite al artista desarrollar hasta límites insospechados su capacidad de transcripción de la forma, la materia y el espacio atmosférico. Por desgracia, la obra ha sufrido desperfectos y consiguientes restauraciones que enmascaran en algunas zonas la labor autógrafa del pintor.

Joaquina – Henri Matisse


Henri Matisse
Busto de mujer de rasgos agitanados. El tipo y la indumentaria tienen aire popular español y es oportuno recordar que Matisse pasó en Andalucía el invierno de 1910-11.
Sobre un fondo anaranjado resalta la buscada estridencia de los colores, bien delimitados por los trazos negros del diseño. El empeño del pintor consiste en la intensidad y no cabe duda de que la logra, sacrificando todo lo accesorio, todo lo que considera superfluo. La pintura no pretende ser una melodía, ni siquiera un acorde, sino un grito potente que sacude la sensibilidad del contemplador.
Si la expresión es el objetivo a alcanzar, se propone ganarlo por la disposición del cuadro, no poniendo en evidencia un contenido emocional, sino persiguiendo las líneas esenciales, como él mismo decía.

Descanso en la huida a Egipto – Rest on the Flight to Egypt - Albrecht Altdorfer


Albrecht Altdorfer
El pintor ha elegido el momento en que la Virgen, ayudada por san José, lava al Niño Jesús en el tazón de una fuente donde juegan unos cuantos angelotes. Esta fuente monumental resulta incongruente en el pasaje evangélico, y sin embargo es el elemento más acusado del cuadro, el descrito con más detalle, siguiendo por ese gusto por la arquitectura ornamental que también es característico del autor. Pero, además, esta suntuosa fontana renacentista lleva símbolos paganos, desde el fuste cuajado de amorcillos hasta la figura de Júpiter con el águila en la mano que le sirve de remate; no puede confundirse con la simbólica Fuente de la Vida del arte cristiano. Su destacada colocación constituye una paradoja y un enigma.
La extrañeza es aún mayor si leemos la inscripción en letra gótica que ostenta una cartela en la base de la fuente y que da a la obra carácter de exvoto con estas piadosas palabras: “Albertus Altdorfer pictor Ratisponensis in salutem animae hoc tibi munus diva Maria sacravit corde fideli. 1510.” O sea: “Yo, Alberto Altdorfer, pintor de Ratisbona, para la salvación del alma consagré esta ofrenda a ti, santa Maria, con corazón fiel. 1510”
La masa de la monumental y misteriosa fuente se compensa, al lado derecho, con un accidentado paisaje, en el que se reconocen los alrededores de Ratisbona.

Casa en Aix – House Aix - Paul Cézanne


Paul Cézanne
Paisaje que denota el interés de su autor por descubrir un nuevo realismo, dejando de lado una tradición pictórica que había agotado todas las vías lógicas de representación naturalista. Esta composición no trata de resolver los problemas de forma y espacio en función de impresiones visuales, sino por medio del análisis de la estructura determinante de los objetos. Dicha razón explica el desinterés por los problemas de la perspectiva y la ausencia en el lienzo de claras referencias a los distintos términos en los que se suceden los edificios.

lunes, 28 de junio de 2010

Busto de Cristo – Bust of Christ - El Greco


El Greco
Rodeada por una misteriosa luz que compone un halo romboidal, la cabeza del Redentor se halla inclinada hacia la derecha, según el eje de una de las diagonales del lienzo, dirigiendo la mirada hacia lo alto. La composición es de un característico sintetismo, puesto que no incluye alusión alguna al escenario en el que se halla situada la figura, ni la descripción de los detalles de su indumentaria, una túnica carmesí tratada en amplios planos por luces doradas. Es forzoso, pues, que la atención del espectador se concentre en los rasgos longilíneos del rostro, enmarcado por un mechón de cabellos que cae sobre el hombro formando elegantes rizos, y cuya expresión viene dada por los grandes ojos, dotados de irisaciones acuosas. El procedimiento pictórico revela una gran economía de esfuerzo y la búsqueda de efectos ópticos de vibración lumínica que integren la figura en su irreal entorno atmosférico. El Greco prescinde de las líneas de contorno, modelando las formas mediante transiciones tonales de extraordinaria fluidez.

Barricadas – Barricades - Honoré Daumier


Honoré Daumier
El artista ha querido representar, por medio de cuatro tipos populares, el sentido del alzamiento del 23 de febrero de 1848 que determinó la abdicación de Luís Felipe en su nieto Luís Felipe Alberto. Los modelos elegidos, dos hombres maduros y dos mozalbetes, responden al propósito simbólico del cuadro, destinado a ensalzar la participación del pueblo de París, la de sus ciudadanos de generaciones distintas, en la manifestación de desacuerdo con el poder establecido. Técnicamente, este óleo produce la impresión de un dibujo al pastel, puesto que los colores han sido aplicados en trazos paralelos que forman un rasgueado que posee personalidad propia, y los rostros de dos de las figuras están contorneados con rotundas líneas. Todo ello revela la dedicación de Daumier al dibujo y la litografía, que fueron sus géneros preferidos.

Adoración de los Reyes - Monforte altarpiece - Hugo Van der Goes

Adoración de los Reyes - Monforte altarpiece - Hugo Van der Goes - Galería Dahlem de Berlín. El más realista y el más apasionado de los pintores flamencos de su siglo. La brillantez del color, la definición de personas y objetos mediante una habilísima distribución de luces y sombras, la profundidad de sus espacios cuidando con esmero las lejanías y, en fin, el dramatismo palpitante de sus escenas son notas de una personalidad singular, considerada como el gran maestro de la segunda mitad del siglo XV en los Países Bajos. Todas esas cualidades resplandecen en la obra aquí reproducida, de la que piensa la crítica que es obra temprana dentro de la producción de su autor, fechable no más tarde de 1470. El cortejo iconográfico de la Epifanía está dispuesto aquí con peculiar libertad y gran lujo de detalles. En el extremo derecho del cuadro, tras el rey Baltasar, asoma una cabeza varonil con gorro azul, que verosímilmente es un autorretrato. La tabla es el centro de un tríptico que perteneció al monasterio de Monforte de Lemos (Galicia-España). Gracias a las varias copias e imitaciones que se conocen, sabemos que en la puerta izquierda estaba representado el Nacimiento y en la derecha la Circuncisión.
Galería Dahlem de Berlín
1470
147 x 242 cm. Óleo sobre tabla

Hugo Van der Goes
El más realista y el más apasionado de los pintores flamencos de su siglo. La brillantez del color, la definición de personas y objetos mediante una habilísima distribución de luces y sombras, la profundidad de sus espacios cuidando con esmero las lejanías y, en fin, el dramatismo palpitante de sus escenas son notas de una personalidad singular, considerada como el gran maestro de la segunda mitad del siglo XV en los Países Bajos.
Todas esas cualidades resplandecen en la obra aquí reproducida, de la que piensa la crítica que es obra temprana dentro de la producción de su autor, fechable no más tarde de 1470.
El cortejo iconográfico de la Epifanía está dispuesto aquí con peculiar libertad y gran lujo de detalles. En el extremo derecho del cuadro, tras el rey Baltasar, asoma una cabeza varonil con gorro azul, que verosímilmente es un autorretrato.
La tabla es el centro de un tríptico que perteneció al monasterio de Monforte de Lemos (Galicia-España). Gracias a las varias copias e imitaciones que se conocen, sabemos que en la puerta izquierda estaba representado el Nacimiento y en la derecha la Circuncisión.


Obras de:
Hugo Van der Goes
Adoración de los Reyes Tríptico Portinari


martes, 22 de junio de 2010

Retrato del conde Ludwig de Löwenstein – Portrait of Count Ludwig Lowenstein - Hans Baldung Grien


Hans Baldung Grien
Un ostentoso letrero identifica al personaje. A la derecha se ve el monograma del pintor y la fecha, 1513, por lo que no presenta la menor duda sobre la autoría del cuadro.
El retratado era hijo de Federico I, príncipe elector del Palatinado, que vivió de 1463 a 1524, de modo que en esta efigie tiene cincuenta años
La fisonomía de rasgos duros, enérgicamente delineados, constituye un ejemplar típico del gusto expresionista alemán. El pintor se recrea además en describir una indumentaria suntuosa y pintoresca, buscando más el efecto decorativo que el estudio de las calidades.

Retrato de una hija de Roberto Strozzi - Portrait of a daughter of Roberto Strozzi - Vecellio di Gregorio Tiziano

Retrato de una hija de Roberto Strozzi - Portrait of a daughter of Roberto Strozzi - Vecellio di Gregorio Tiziano - Titian - Galería Dahlem de Berlín. ¿Cuál es la dificultad de esta obra?, sin duda, el audaz planteamiento de la figura infantil recortada sobre una masa oscura. Pero también el aire de todo el cuadro, delicado y vigoroso al mismo tiempo, de rara modernidad, que nos hace pensar en los retratistas ingleses de fines del XVIII.
Galería Dahlem de Berlín
1542
115 x 98 cm. Óleo sobre lienzo

Vecellio di Gregorio Tiziano
¿Cuál es la dificultad de esta obra?, sin duda, el audaz planteamiento de la figura infantil recortada sobre una masa oscura. Pero también el aire de todo el cuadro, delicado y vigoroso al mismo tiempo, de rara modernidad, que nos hace pensar en los retratistas ingleses de fines del XVIII.


Obras de:
Vecellio di Gregorio Tiziano
Adán y Eva Amor profano y amor divinoAutorretrato
Concierto campestre Coronación de espinasDánae recibiendo la lluvia de oro
El Dux Niccolo Marcello El emperador Carlos V, a caballo en MühlbergEl hombre de la palma
El hombre del guante El hombre vestido de azulEl tributo del cesar
Flora Jesús y el CireneoLa Bacanal de los Andrios
La Venus de Urbino La Venus del PardoLa Virgen con el Niño entre San Antonio de Padua y San Roque
La Virgen de san Nicoló dei Frari La Virgen y el NiñoNoli me Tangere
Ofrenda a Venus, diosa de los amores PiedadRetrato de Cristoforo Madruzzo
Retrato de Felipe II Retrato de Francisco IRetrato de la emperatriz Isabel de Portugal
Retrato de un caballero veneciano Retrato de una dama con abanicoRetrato de una hija de Roberto Strozzi
Retrato del Dux Andrea Gritti Retrato del Dux Marcantonio TrevisaniRetrato del emperador Carlos V
Retrato del papa Paulo III San Juan BautistaVenus ante un espejo
Venus recreándose con el Amor y la Música / Venus recreándose en la Música Venus vendando los ojos del AmorVenus y Adonis


Retrato de Jacob Muffel – Portrait of Jacob Muffel - Alberto Durero


Alberto Durero
El rostro, rasurado y grave, está modelado con cuidadoso estudio de las facciones y de la carnación. Sobre el escaso pelo lleva un bonete redondo y se viste con una zamarra de piel. Pintado originariamente en tabla, fue traspasado a lienzo.

lunes, 21 de junio de 2010

Retrato de Hieronymus Holzschuher – Portrait of Hieronymus Holzschuher - Alberto Durero


Alberto Durero
Tiene el retratado cincuenta y siete años, el escudo de armas, arriba a la izquierda y casi borrado en su totalidad por el paso del tiempo y una mala conservación, acredita su condición de nobleza. Enmarcado por la barba y los cabellos grises, su fisonomía es refinada, de expresión aguda y penetrante. Viste de piel y tiene el cuadro una sobriedad de color, en gama parda sobre el fondo pizarroso.

Descanso en la huida a Egipto – Rest on the Flight to Egypt - Joachim Patinir


Joachim Patinir
En este cuadro, el exquisito y original paisajista flamenco desarrolló su capacidad de invención aplicada a la naturaleza. El país que vemos es totalmente fantástico, con una orografía arbitraria, que evidentemente no corresponde al desierto del episodio evangélico, ni tampoco a las llanuras de Flandes. Lo ha compuesto el pintor, atento a una ordenación de elementos, para conseguir una sensación nostálgica y aun podríamos decir romántica. También los colores se disponen con arreglo a una receta previa: tintas calidas en primer término, que van oscureciéndose para terminar en los graves azules de la lejanía.
Sobre este paisaje ideal disemina luego aldeas y edificios que sí han sido tomados de la realidad flamenca, con esas casas de empinadas techumbres, los molinos de viento, los castillos y torres.
Patinir se recrea en la creación de una naturaleza subjetiva, ensoñada. Y en tiempos en que el paisaje no constituye un género pictórico independiente, ha de superponerle un tema, a veces mitológico y en este caso religioso. Tan es así que acaso la figura de la Virgen sea de distinta mano. Pero sí es de Patinir el escueto bodegón de la alforja y la cesta, cesta que aparece en otros cuadros del mismo artista.

domingo, 20 de junio de 2010

Calvario – Calvary - Albrecht Altdorfer


Albrecht Altdorfer
La pequeña tabla adopta una composición original del tema, al colocar el grupo de la Virgen con los discípulos y el grupo de las tres cruces en dos planos oblicuos y sucesivos. Tras ellos se desarrolla un paisaje convencional, bajo un alto cielo con nubarrones.
Es, sin duda, obra de madurez del pintor, pintada por lo menos al filo de los cuarenta años, después de haberse ejercitado en el grabado al aguafuerte y en la xilografía. Se aprecia en ella la evolución hacía una plasticidad concreta que debe mucho a la técnica del grabado.

Venus, Marte y el Amor – Venus, Mars and Love - Piero di Cosimo


Piero di Cosimo
Tema mitológico que estuvo muy de moda entre los humanistas toscanos. Venus y Marte, ambos desnudos, y éste dormido en un prado cubierto de flores; en torno de ellos unos amorcillos llevan su yelmo, los brazales y demás armas de Marte. También se ven en el cuadro un bosque de mirtos y un Cupido que se asusta de una liebre, las palomas de Venus y otros símbolos del amor.
Fantasías y poesía brillan en la obra, cualidades que definen el gusto de los renacentistas italianos. No olvidemos que los venecianos de aquel tiempo llamaban “poesías” a los cuadros de este género.

San Sebastián – Sandro Botticelli


Sandro Botticelli
Un bello desnudo varonil, obra bastante temprana dentro de su producción, con marcados resabios de primitivismo y aun de goticismo en las líneas angulosas de la esbelta figura y en los sutiles pormenores del paisaje.

miércoles, 16 de junio de 2010

Retrato del comerciante Georg Gisze – Portrait of the merchant Georg Gisz - Hans Holbein el Joven


Hans Holbein el Joven
Holbein presenta al personaje describiendo su ambiente, el lugar donde vive y trabaja, los utensilios de uso cotidiano. Se trata de pintar al hombre y su circunstancia. Concebido así el retrato, tiene un riquísimo valor documental, pues nos introduce en el gabinete de un comerciante internacional del siglo XVI.
Aquí está, con su lujoso traje burgués, arrimado a la mesa cubierta por tapete oriental, teniendo al alcance de la mano su reloj de tambor, la escribanía y las plumas, una caja con monedas de oro, el libro de cuentas, sellos, papeles y facturas. Y los objetos se acumulan también sobre los anaqueles, de uno de los cuales pende la pequeña balanza para pesar el oro.
No todo es negocio en la vida e este hombre. El pintor ha querido transmitirnos sus inquietudes personales y por eso ha clavado en la pared un papel con un bello dístico latino en el que lo presenta y ha puesto sobre la mesa ese delicado vaso de cristal con claveles rosados, que el artista hace resaltar sobre el ropón oscuro y a la vez armoniza con el exquisito color de la manga. Complejo bodegón, lleno de sugestivas significaciones en torno a la figura.
Éste se define, resumiendo su vida de trabajo y de ideal, de riqueza y de lucha, con un lema inscrito sobre su nombre en el lado izquierdo del tabique de tablas verdes, junto a la balanza. Dice así: “Nulla sine merore voluptas”, ningún placer sin pena.

Proverbios flamencos – Proverbs - Pieter Brueghel el Viejo


Pieter Brueghel el Viejo
Constituye uno de los cuadros más divertidos que se hayan pintado jamás. Ya en el año 1668 aparece una pintura bajo el título El mundo al revés, representado por muchos proverbios y moralidades, que indudablemente ha de ser ésta.
El largo título da la pista para la interpretación de la composición múltiple, que a primera vista parece cuajada de extravagancias inexplicables. El pintor se ha propuesto dar la visión de un mundo absurdo poniendo en acción literalmente los refranes y dichos populares. Naturalmente toma los que decía el vulgo en los Países Bajos del siglo XVI, por lo que muchos escapan a nuestra comprensión. Pero cualquiera verá, en el río, cómo “el pez grande se come al chico”.
Se han llegado a aplicar, en las representaciones que hay en la agitada superficie, ciento dieciocho proverbios a la actitud de las figuras correspondientes. Pondremos un ejemplo a fin de hacernos una idea del mecanismo mental que rige la obra, Sólo en el pequeño porche apoyado en una columna y cubierto por pizarra que hay en el centro mismo se descubren tres proverbios escenificados, a saber: “encender velas al diablo” (pedir favores a los enemigos), “confesarse con el diablo” (hacer confidencias a quien nos puede perjudicar) y “soplar en la oreja” (infundir sospechas a alguien).
El repertorio alegórico popular conseguido con este análisis resulta utilísimo para entender las extrañas figuras de otros cuadros de Brueghel, y también del Bosco, en los que suelen repetirse muchas de las aparentes extravagancias que vemos aquí y que el público de la época debía comprender sin dificultad.

Paisaje con una familia de sátiros – Landscape with a family of satyrs - Albrecht Altdorfer


Albrecht Altdorfer
Está pintado en una tabla de tilo y es de tamaño muy pequeño. También hay que observar que es uno de los primeros cuadros firmados que se conocen de este autor.
El asunto puede calificarse como un paisaje animado, puesto que lo principal es la vista de la naturaleza, teatralmente compuesta, en la que introduce unas caprichosas figuras mitológicas a las que se ha dado en llamar familia de sátiros. El autor lo describe con estas ingenuas palabras: “Un hombre salvaje persigue a una mujer civilizada (a la derecha, en segundo término), mientras una mujer salvaje se acerca a un sátiro armado con una maza (sentados, a la izquierda).”
Lo que cuenta e interesa, en este y en otros cuadros de Altdorfer, es la temprana aportación que hace a un paisajismo puro, intentando desligarlo de prejuicios arguméntales, ya que hasta entonces no se concebía la naturaleza como género pictórico propio, sino como entorno de un hecho narrativo.

martes, 15 de junio de 2010

Lucrecia – Lucretia - Lucas Cranach el Viejo


Lucas Cranach el Viejo
Es uno de esos desnudos femeninos, inconfundibles, que este artista creó como género propio dentro de su diversificada producción que incluye retratos, temas bíblicos y religiosos, históricos y mitológicos. Pero se complace, sobre todo, en presentarnos a un tipo de mujer de miembros finos y menudos, con sutiles deformaciones que encierran una tremenda carga de sensualidad.
La fémina de Cranach es siempre la misma, todo un ejemplar racial, aunque personifique a Eva o a Venus. En este caso se trata de Lucrecia, la romana que se sacrificó por defender su honra. La ha situado sola, en el momento de empuñar el cuchillo suicida, sin la presencia de los Tarquinos, que tan caro habían de pagar este cruento episodio.
El flexible y sofisticado cuerpo se recorta sobre un fondo negro para dar todo su valor a la línea y dentro de ella modelar las formas con admirable suavidad. Dirige la punta del puñal contra su pecho, pero el rostro contiene la emoción, no diríamos que es inexpresivo, sino inescrutable.
En el suelo sembrado de piedrecillas figura a la izquierda la cifra 1533 correspondiente al año en que se pintó y debajo la pequeña serpiente alada que sirve de monograma a Cranach. Está pintado el cuadro en una tablita de haya.

Leda y el cisne - Leda and the Swan - Antonio Allegri da Correggio


Antonio Allegri da Correggio
Leda, hija de Testio, rey de Etolia, y esposa de Tindáreo, rey de Esparta, debe su celebridad a sus amores con Zeus.
La concepción de sus hijos dio lugar a diversos relatos, en particular en lo que se refiere al nacimiento de Helena. Una de las versiones hace de Leda la verdadera madre de Helena. Leda se había unido la misma noche a su esposo Tindáreo y a Zeus, que también se le habría aparecido bajo la forma de un cisne, siendo fecundada por ambos. Llegado el momento, Leda puso un huevo del que nacieron dos pares de gemelos, Cástor y Pólux, por una parte, y Clitemnestra y Helena, por otra. Pero mientras Cástor y Clitemnestra eran los hijos mortales de la pareja real, Pólux y Helena eran el fruto divino de la unión de Zeus con Leda.
El conocido episodio mitológico sirve de pretexto para una escena bucólica, convencional y amable, en la que la suavidad de los desnudos femeninos destaca sobre el boscaje teatral. La gradación de las tintas con el magistral empleo del sfumato sitúa al arte del autor en su nivel más alto y refinado.

Descanso en la huida a Egipto – Rest on the Flight to Egypt - Lucas Cranach el Viejo


Lucas Cranach el Viejo
Cranach ha elegido un paisaje alpestre, con escarpadas montañas y vegetación de altura, para situar en él la escena, tierna y entrañable. El Niño Jesús quiere saltar de los brazos de su Madre para jugar con una turba de angelitos que lo atienden y lo divierten: uno toma agua de una fuente, otro toca una flauta, los demás se agitan bulliciosos. San José, de pie, parece querer poner orden en tanto bullicio.
La pintura está realizada con extremada pulcritud.

lunes, 14 de junio de 2010

Virgen con el Niño dormido – Virgin and Child asleep - Andrea Mantegna


Andrea Mantegna
La sobria coloración parda sirve a un dibujo incisivo, sutil y seguro, que revela la personalidad de su autor. La crítica ha señalado que el encanto de esta pintura surge de la rara combinación de tosquedad y de delicadeza que ofrece.
Por último, hay que consignar que el cuadro, aunque es de pequeño tamaño, está pintado en tela de lino, en contra del empleo usual de la tabla.

Retrato de una dama joven – Portrait of a young lady - Domenico Veneziano

Retrato de una dama joven – Portrait of a young lady - Domenico Veneziano - Galería Dahlem de Berlín - Gemäldegalerie, Berlin. La atribución a Veneziano da a éste una primacía de maestro. En todo caso, este retrato es más simple y sutil que los de Piero, carnosos y sensuales. El pintor ha logrado aquí una inefable espiritualización de su modelo, mediante esa delicada monotonía de la tez, los cabellos y el tocado, en contraste cromático con el fondo celeste, por una parte, y con la rica policromía del vestido, por otra. Es obra de un difícil equilibrio, cuya contemplación subyuga.
Galería Dahlem de Berlín
1465
51 × 35 cm. Óleo sobre madera

Domenico Veneziano
La atribución a Veneziano da a éste una primacía de maestro. En todo caso, este retrato es más simple y sutil que los de Piero, carnosos y sensuales. El pintor ha logrado aquí una inefable espiritualización de su modelo, mediante esa delicada monotonía de la tez, los cabellos y el tocado, en contraste cromático con el fondo celeste, por una parte, y con la rica policromía del vestido, por otra. Es obra de un difícil equilibrio, cuya contemplación subyuga.


Obras de:
Domenico Veneziano
Adoración de los ReyesRetrato de una dama joven Virgen con el Niño y cuatro santos


sábado, 12 de junio de 2010

Retrato de Giovanni Arnolfini – Portrait of Giovanni Arnolfini - Jan Van Eyck

Retrato de Giovanni Arnolfini – Portrait of Giovanni Arnolfini - Jan Van Eyck -  Galería Dahlem de Berlín - Gemäldegalerie, Berlín. Arnolfini, personaje éste mucho más conocido por el doble retrato de él y su esposa que pintó el propio Van Eyck. La identidad del retratado se deduce de la acabada similitud de los rasgos fisonómicos.
Galería Dahlem de Berlín
1435
29 × 20 cm. Óleo sobre madera

Jan Van Eyck
Arnolfini, personaje éste mucho más conocido por el doble retrato de él y su esposa que pintó el propio Van Eyck. La identidad del retratado se deduce de la acabada similitud de los rasgos fisonómicos.


Obras de:
Jan Van Eyck
El cardenal Nicolás Albergati La Fuente de la Gracia La Virgen y el Niño en una iglesia
Retrato de Giovanni Arnolfini Tríptico de la Virgen, san Miguel y santa Catalina Virgen del canciller Rolin


Retrato de Carlos el Temerario - Charles the Bold - Roger Van der Weyden

Retrato de Carlos el Temerario - Charles the Bold - Roger Van der Weyden - Galería Dahlem de Berlín. No es posible más sobriedad ni mayor intensidad en la efigie de un hombre, reducida al rostro y las manos, que emergen con luminosa fuerza de la masa oscura formada por el vestido negro, el cabello y el fondo. El puño de la espada y la cadena del Toisón de Oro son atributos suficientes para dejar constancia de las empresas y de la nobleza del personaje.
Galería Dahlem de Berlín
1460-62
49 x 32 cm. Óleo sobre madera de roble

Roger Van der Weyden
No es posible más sobriedad ni mayor intensidad en la efigie de un hombre, reducida al rostro y las manos, que emergen con luminosa fuerza de la masa oscura formada por el vestido negro, el cabello y el fondo. El puño de la espada y la cadena del Toisón de Oro son atributos suficientes para dejar constancia de las empresas y de la nobleza del personaje.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


La Virgen y el Niño en una iglesia – Madonna in a Church - Jan Van Eyck

La Virgen y el Niño en una iglesia – Madonna in a Church - Jan Van Eyck -  Galería Dahlem de Berlín - Gemäldegalerie, Berlín. La gran iglesia gótica de tres naves que constituye el ámbito del cuadro podría se la catedral de Lieja. El sentido místico de la extraña composición se explicaba en una inscripción que llevaba el marco antiguo. Era un fragmento de un himno de la Navidad, con alusiones a María como reina del Cielo y casa del Señor, así como a los rayos de sol que entran por las vidrieras y que son símbolo de la virginidad. Esta tabla constituía el ala izquierda de un díctico, cuya hoja derecha se ha perdido.
Galería Dahlem de Berlín
1438
31 × 14 cm. Óleo sobre tabla de roble

Jan Van Eyck
La gran iglesia gótica de tres naves que constituye el ámbito del cuadro podría se la catedral de Lieja. El sentido místico de la extraña composición se explicaba en una inscripción que llevaba el marco antiguo. Era un fragmento de un himno de la Navidad, con alusiones a María como reina del Cielo y casa del Señor, así como a los rayos de sol que entran por las vidrieras y que son símbolo de la virginidad.
Esta tabla constituía el ala izquierda de un díctico, cuya hoja derecha se ha perdido.


Obras de:
Jan Van Eyck
El cardenal Nicolás Albergati La Fuente de la Gracia La Virgen y el Niño en una iglesia
Retrato de Giovanni Arnolfini Tríptico de la Virgen, san Miguel y santa Catalina Virgen del canciller Rolin


Étienne Chevalier presentado por san Esteban – Étienne Chevalier presented by St Stephen - Jean Fouquet


Jean Fouquet
El cuadro tiene una historia muy sugestiva, sea o no verídica en su totalidad, fundamentada en la relación cierta del artista con el personaje retratado y de ambos con la famosa Agnes Sorel, favorita de Carlos VII de Francia. Acompañado por su patrón el diácono san Esteban, que sobre el libro muestra la piedra como atributo de su martirio, vemos en actitud orante a Étienne Chevalier, identificado con su propio nombre inscrito en el zócalo del muro, detrás de su cabeza. Era Chevalier un caballero importante en la corte francesa, pues desempeñó sucesivamente los cargos de embajador en Inglaterra, tesorero de Francia y secretario de Estado. Su relación con Fouquet queda confirmada por el encargo que hizo a éste del célebre Libro de Horas y que es una de las obras culminantes de la miniatura medieval.
Por su parte, Agnes Sorel también protegió a Fouquet y, además, al fallecer nombró a Chevalier su ejecutor testamentario. Cumpliendo este cometido, Chevalier encargó a Fouquet un retablo con una Virgen que, según tradición reproduce los rasgos de Agnes Sorel.
La tabla principal será la Virgen con el seno desnudo y que es de un tamaño análogo a este retrato. Hay quien cree que ambas formaban un díptico, y quienes suponen sería más bien un tríptico en cuya ala derecha figuraría Catalina Budé, esposa de Chevalier, acompañada de su santa patrona.

Entrega de las llaves a san Pedro – Delivery of the keys to St. Peter - Carlo Crivelli


Carlo Crivelli
No reproduce la escena del Evangelio en que Cristo, ante los apóstoles, pronuncia las solemnes palabras que comienzan “Tú eres Pedro…” y en las que se alude a las llaves simbólicas que en adelante serán atributo del papado. Por el contrario, prescindiendo de toda referencia evangélica, vemos aquí a una característica Madonna entronizada y en su regazo al Niño Jesús, que entrega las llaves al apóstol postrado a sus pies. Contemplan la escena seis santos, tres de ellos obispos y tres religiosos con hábito franciscano.
La obra, pintada al temple, responde al esquema clásico de la Madonna con santos, tan repetido en la Italia de aquel tiempo, ornamentado con las gracias renacentistas de los angelotes, los grutescos y las frutas, incluyendo ese pepino que absurdamente cuelga de la cornisa. Y realizado con primoroso detallismo, con rigor artesano, con apurado gusto, con esa afición a dar calidades de bordado y de orfebrería que hacen inconfundibles las pinturas de Crivelli. No cabe más exagerada precisión en los pormenores, superior a la que nos da nuestra mirada

Degollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores – Beheading of St. John Baptist de Miraflores altarpiece - Roger Van der Weyden

Degollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores – Beheading of St. John Baptist de Miraflores altarpiece - Roger Van der Weyden - Galería Dahlem de Berlín. Se llama Retablo de Miraflores a un conjunto de tres tablas que proceden de la cartuja burgalesa del mismo nombre. Esta ocupa el lado de la derecha del espectador. Las otras dos, del mismo tamaño y características, encuadradas también en arcos góticos muy decorados, muestran el Nacimiento de san Juan y el Bautismo de Cristo; es decir, en conjunto forman un tríptico dedicado al Precursor. Es notabilísimo el juego de términos situados en profundidad que podemos apreciar en este cuadro y que es análogo al de los otros dos. Así, un hábil efecto de perspectiva le permite situar, saliéndose del marco el sangriento grupo del Bautista decapitado, el verdugo y Salomé recibiendo la cabeza cortada, mientras al fondo de un gótico interior palaciego se ve el festín de Herodes.
Galería Dahlem de Berlín
1446-53
77 × 48 cm. Óleo sobre tabla

Roger van der Weyden
Se llama Retablo de Miraflores a un conjunto de tres tablas que proceden de la cartuja burgalesa del mismo nombre. Esta ocupa el lado de la derecha del espectador. Las otras dos, del mismo tamaño y características, encuadradas también en arcos góticos muy decorados, muestran el Nacimiento de san Juan y el Bautismo de Cristo; es decir, en conjunto forman un tríptico dedicado al Precursor.
Es notabilísimo el juego de términos situados en profundidad que podemos apreciar en este cuadro y que es análogo al de los otros dos. Así, un hábil efecto de perspectiva le permite situar, saliéndose del marco el sangriento grupo del Bautista decapitado, el verdugo y Salomé recibiendo la cabeza cortada, mientras al fondo de un gótico interior palaciego se ve el festín de Herodes.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


miércoles, 9 de junio de 2010

Calvario – Calvary - Robert Campin


Robert Campin
El agitado movimiento de las figuras y el afán expresivo indican un estilo evolucionado.
Se ha de advertir que la pintura, en su versión primera, mostraba un aspecto mucho más gótico, pues las figuras se recortaban sobre un fondo de oro que todavía se trasluce. Sobre la superficie dorada, otra mano pintó el paisaje y los ángeles, ya en tiempos del autor o muy poco después.
La obra refleja la exaltación mística a que en sus figuraciones religiosas llegaron los mejores maestros flamencos del XV. En este caso, el pintor justifica la actitud de la Virgen abrazada a la cruz haciendo salir de su boca esta invocación de san Bernardo: “Fili dignare me attrahere et crucis in pedem manus figere.”

Adoración del Niño Jesús en un bosque – Adoration of the Child Jesus in a forest - Filippo Lippi


Filippo Lippi
En un paisaje oscuro, misterioso y romántico está el Niño Jesús desnudo sobre un lecho de flores y ante él la Virgen en adoración. Por la izquierda asoma san Juanito y detrás de él se ve a san Bernardino orante; en lo alto, el Padre Eterno y la paloma del Espíritu Santo.

Adoración del Niño Jesús del retablo de Middelburg – Adoration of the Child Jesus of the altarpiece of Middelburg - Roger Van der Weyden

Adoración del Niño Jesús del retablo de Middelburg – Adoration of the Child Jesus of the altarpiece of Middelburg - Roger Van der Weyden - Galería Dahlem de Berlín. La tabla es la central de un tríptico. Bajo un portal ruinoso, pero con elementos de arquitectura noble, como la columna de primer término, se ve a la Virgen arrodillada ante el Niño Jesús desnudo y puesto en el suelo sobre un manto; a la izquierda está san José y a la derecha un caballero vestido de negro: el donante Peter Bladelin. Unos ángeles completan la composición, mientras al fondo se ve una típica ciudad flamenca amurallada.
Galería Dahlem de Berlín
1450
91 x 89 cm. Óleo sobre madera de roble

Roger van der Weyden
La tabla es la central de un tríptico.
Bajo un portal ruinoso, pero con elementos de arquitectura noble, como la columna de primer término, se ve a la Virgen arrodillada ante el Niño Jesús desnudo y puesto en el suelo sobre un manto; a la izquierda está san José y a la derecha un caballero vestido de negro: el donante Peter Bladelin. Unos ángeles completan la composición, mientras al fondo se ve una típica ciudad flamenca amurallada.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


martes, 8 de junio de 2010

Adoración de los Reyes – Adoration of the Kings - Domenico Veneziano

Adoración de los Reyes – Adoration of the Kings - Domenico Veneziano - Galería Dahlem de Berlín - Gemäldegalerie, Berlin. Compone la escena como un friso de parte a parte de la tabla. Pero luego se recrea en un paisaje pintoresco y naturalista, lleno de sabrosos detalles: las montañas, el gran abeto, los corderos que pastan, la lejanía cerrada por murallas, torres y castillos, tan anacrónicos en su medievalismo como los ricos vestidos de algunos personajes. Y esas aves que se ciernen caprichosas sobre el cielo y que atraen obsesivamente al espectador. Respecto a los pintores florentinos de su tiempo, este cuadro muestra un nuevo sentido del color, claro y ligero, así como una concepción aérea del espacio.
Galería Dahlem de Berlín
1441
84 cm. Diámetro. Temple sobre madera

Domenico Veneziano
Compone la escena como un friso de parte a parte de la tabla. Pero luego se recrea en un paisaje pintoresco y naturalista, lleno de sabrosos detalles: las montañas, el gran abeto, los corderos que pastan, la lejanía cerrada por murallas, torres y castillos, tan anacrónicos en su medievalismo como los ricos vestidos de algunos personajes. Y esas aves que se ciernen caprichosas sobre el cielo y que atraen obsesivamente al espectador.
Respecto a los pintores florentinos de su tiempo, este cuadro muestra un nuevo sentido del color, claro y ligero, así como una concepción aérea del espacio.


Obras de:
Domenico Veneziano
Adoración de los ReyesRetrato de una dama joven Virgen con el Niño y cuatro santos


San Francisco – Francisco de Zurbarán

San Francisco, Francisco de Zurbarán, Alte Pinakothek de Munich, München, Pintor sevillano, Sevilla, Barroco, Barcelona, Madrid, España, Obras maestras.
Alte Pinakothek de Munich
1658
64 x 53 cm. Óleo sobre lienzo

Francisco de Zurbarán
En esta composición, de la que se conocen catorce ejemplares con variantes, continúa en la línea caravaggista propia de la escuela sevillana. El santo medita ante una calavera, su rostro dirigido hacia lo alto. El interés de esta media figura reside tanto en la expresión del rostro como en el sólido modelado de los ropajes del hábito, que forman pliegues de acusada corporeidad. El celaje es un mero telón de fondo, tratado con manchas difusas que no aspiran a definir un estado atmosférico concreto.

Retrato de Willem Croes - Portrait of Willem Croes - Frans Hals


Frans Hals
Frans Hals desarrolló un género retratístico de gran personalidad, basado en una manera espontánea y descuidada gracias a la cual cobra el modelo un carácter de instantaneidad y vida. Tal es el caso de este retrato, realizado sobre tabla, que muestra al personaje en más de media figura y actitud frontal, con la diestra apoyada en la cintura y la mano izquierda sosteniendo un guante, posición de gallarda apostura muy típica de la moda neerlandesa del momento. El caballero ha alcanzado, al parecer, más de medio siglo de edad y pertenece a la clase burguesa acomodada.

sábado, 5 de junio de 2010

Mujer pelando nabos – Woman peeling turnips - Jean Baptiste Siméon Chardin


Jean Baptiste Siméon Chardin
Con su habitual sobriedad describe Chardin la humilde labor de la doméstica, ante la cual aparece un lebrillo con agua en el que flotan los nabos pelados. La rodean diversos enseres culinarios, valorados con tonos profundos obtenidos a base de sucesivos toques de pincel, los cuales están en algunos casos cubiertos por veladuras.

Muchacho despulgando a un perro - Boy removing fleas - Gerard Ter Borch

Muchacho despulgando a un perro - Boy removing fleas - Gerard Ter Borch - Alte Pinakothek de Munich. La composición manifiesta el gusto del pintor por las gamas azules, grises y verdes en tonos sordos, cuya moderación cromática es determinante del carácter íntimo que posee este interior. Ter Borch eligió como modelo a su hermano Mozes. Un examen en detalle atestigua la habilidad del maestro para rendir las texturas de la materia, con una técnica basada en el empleo de colores muy líquidos, que se funden sin que apenas puedan rastrearse las huellas de las pinceladas.
Alte Pinakothek de Munich
1665
34,4 x 27,1 cm. Óleo sobre lienzo

Gerard Ter Borch
La composición manifiesta el gusto del pintor por las gamas azules, grises y verdes en tonos sordos, cuya moderación cromática es determinante del carácter íntimo que posee este interior. Ter Borch eligió como modelo a su hermano Mozes. Un examen en detalle atestigua la habilidad del maestro para rendir las texturas de la materia, con una técnica basada en el empleo de colores muy líquidos, que se funden sin que apenas puedan rastrearse las huellas de las pinceladas.


Obras de:
Gerard Ter Borch
Curiosidad El concierto Muchacho despulgando a un perro


Los siete gozos de María – The Seven Joys of Mary - Hans Memling


Hans Memling
Esta tabla, de formato rectangular muy apaisado, despliega un vasto escenario de paisaje cuyos infinitos términos se hallan poblados por ingente número de personajes. El efecto general es caótico hasta que se analizan las diversas escenas que el artista ha descrito simultáneamente. De izquierda a derecha pueden reconocerse La Anunciación, el Anuncio a los pastores, el Nacimiento, la Matanza de los inocentes, la Presentación en el templo, la Epifanía, la Resurrección, la Aparición de Cristo a María Magdalena, la Ascensión, la Aparición de Cristo a María y la Pentecostés. Todos estos episodios se escalonan en tres planos; en el más lejano se hallan, por ejemplo, la Ascensión y la presentación en el Templo, mientras que el primer término lo ocupan la Epifanía, el Nacimiento, la Pentecostés y la Resurrección.

La enferma de amor - The lovesick - Jan Steen

La enferma de amor - The lovesick - Jan Steen - Alte Pinakothek, Munich. El cuadro posee los rasgos de teatralidad propios de todas las obras de Jan Steen, para las que el pintor siempre utilizó como modelos a actores profesionales. El escenario se halla compuesto asimismo con un criterio teatral, preocupándose el autor en disponer las diversas piezas del mobiliario en forma que sirva de eficaz referencia a los términos del espacio interior. La peculiar personalidad cromática de la obra viene dada por la superposición de notas de color cálido a un fondo en el que predomina una entonación dorada.
Alte Pinakothek, Munich
1660
61 x 52 cm. Óleo sobre lienzo

El cuadro posee los rasgos de teatralidad propios de todas las obras de Jan Steen, para las que el pintor siempre utilizó como modelos a actores profesionales. El escenario se halla compuesto asimismo con un criterio teatral, preocupándose el autor en disponer las diversas piezas del mobiliario en forma que sirva de eficaz referencia a los términos del espacio interior. La peculiar personalidad cromática de la obra viene dada por la superposición de notas de color cálido a un fondo en el que predomina una entonación dorada.


Obras de:
Jan Steen
El patio de la posada La enferma de amor


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