Jean Fouquet
El cuadro tiene una historia muy sugestiva, sea o no verídica en su totalidad, fundamentada en la relación cierta del artista con el personaje retratado y de ambos con la famosa Agnes Sorel, favorita de Carlos VII de Francia. Acompañado por su patrón el diácono san Esteban, que sobre el libro muestra la piedra como atributo de su martirio, vemos en actitud orante a Étienne Chevalier, identificado con su propio nombre inscrito en el zócalo del muro, detrás de su cabeza. Era Chevalier un caballero importante en la corte francesa, pues desempeñó sucesivamente los cargos de embajador en Inglaterra, tesorero de Francia y secretario de Estado. Su relación con Fouquet queda confirmada por el encargo que hizo a éste del célebre Libro de Horas y que es una de las obras culminantes de la miniatura medieval.
Por su parte, Agnes Sorel también protegió a Fouquet y, además, al fallecer nombró a Chevalier su ejecutor testamentario. Cumpliendo este cometido, Chevalier encargó a Fouquet un retablo con una Virgen que, según tradición reproduce los rasgos de Agnes Sorel.
La tabla principal será la Virgen con el seno desnudo y que es de un tamaño análogo a este retrato. Hay quien cree que ambas formaban un díptico, y quienes suponen sería más bien un tríptico en cuya ala derecha figuraría Catalina Budé, esposa de Chevalier, acompañada de su santa patrona.
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