Reales museos de Bruselas
Frans Hals
El caballero de chambergo y botas con espuelas se balancea impaciente en la silla, mientras con las manos prueba el temple de la espada. La penumbra del interior armoniza con el colorido del traje, en una uniformidad de gama sobre la que destacan unos cuantos puntos luminosos: las carnaciones, el cuello de encaje, el cojín de la silla. La inestabilidad en la posición del modelo indica que el pintor debió de trabajar con extraordinaria rapidez, impresión que queda acentuada por la materia pictórica, tan directa y espontánea, en la que se aprecian uno a uno los golpes de pincel, amplios y eficaces. Este retrato puede ser considerado como una de las mayores lecciones de virtuosismo en la historia de la pintura universal.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comenta por favor, me interesa tu opinión