Thomas Gainsborough
El lienzo, de formato casi cuadrado, denota la complacencia que produce en el artista la representación de la naturaleza, en este caso un escenario poblado por árboles en torno a una laguna en la que chapotean varias vacas. Su pastor se halla tendido junto al camino, acompañado por un perro, bajo un celaje por el que transitan nubes bajas de tonalidad amarillenta. En dicho medio ambiente la luz cobra matices cambiantes, sin alcanzar jamás a producir sombras profundas. El pintor ha logrado transcribir la circulación del aire entre los árboles, transmitiendo al espectador del cuadro la sensación de frescor que se percibe al aire libre.
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