Sebastiano Ricci
Este cuadro requiere la mención previa del fervor que sentía su autor por la obra de Veronés. Aunque su tratamiento sea distinto, las figuras del primer término conservan un espíritu de monumentalidad imputable al influjo de aquel maestro, de quien también procede el gusto escenográfico –la representación de un suntuoso lecho con baldaquino- y la sensibilidad para captar la vibración lumínica de las telas. El éxito que Ricci obtuvo en su momento se explica por su capacidad para transcribir el color con frescura y viveza, por su ingenio compositivo y teatralidad barroca llevada al paroxismo.
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