Gustav Klimt
Esta pintura, obra maestra del artista y síntesis de su «período de oro», es atentamente estudiada por los representantes de El Jinete Azul, que ven en ella una anticipación de sus investigaciones poéticas.
El beso es para Klimt el símbolo del amor puro y del abandono al otro. El tema aparece ya en 1902 en el panel del friso de Beethoven que representa El anhelo de felicidad que se aplaca en la poesía. El mismo motivo es reproducido por Klimt es uno de los mosaicos realizados entre 1905 y 1909 para el comedor del palacio de Adolf Stocklet en Bruselas.
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