National Gallery of Art, Washington
Pedro Pablo Rubens
Hacia 1615, fecha asignable a esta pintura, es cuando Rubens alcanza la plena expansión de su estilo dramático y de su oficio. La actitud implorante del profeta desnudo es de un patetismo barroco, logrado por la expresión formal y externa.
En cuanto al buen oficio, los nueve leones, todos en posiciones distintas, dan su mayor interés a la obra por el concienzudo estudio animalístico que requieren y que debió exigir múltiples anotaciones del natural. La observación ha sido completa, no sólo en cuanto a los movimientos y posturas de estos animales, sino también en las calidades táctiles de sus miembros, pieles y pelajes. Ya es sabido que en el taller de Rubens se prestó cuidadosa atención a la pintura animalística y que de entre sus discípulos salió algún especialista del género tan importante como Frans Snyders, que incluso colaboró con el maestro entre 1611 y 1616, por lo que sería verosímil que le hubiera prestado su ayuda en este cuadro.
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