National Gallery of Art, Washington
Sassetta
El mayor encanto de la tabla consiste en las anotaciones de arquitectura y de paisaje con que se ambienta la escena para darle un carácter narrativo. El pintor ha ordenado unos caminos entre los bosques de pinos que cubren la montaña para poder situar tres momentos sucesivos del relato: San Antón caminando en busca de su compañero, luego interrogando nada menos que a un centauro al que encuentra en una encrucijada y, por fin, abrazando a san Pablo ante la boca de la cueva que éste habita.
Es muy notable el sentimiento espacial con que, en una pintura tan pequeña, 48 x 35 cm., y con recursos elementales, logra el pintor encajar un ámbito dilatado y establecer unas distancias considerables para representar la caminata del eremita.
Es muy notable el sentimiento espacial con que, en una pintura tan pequeña, 48 x 35 cm., y con recursos elementales, logra el pintor encajar un ámbito dilatado y establecer unas distancias considerables para representar la caminata del eremita.
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