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lunes, 17 de febrero de 2014

Pubertad / Edvard Munch

Nasjonalgalleriet, Oslo (Noruega)

Edvard Munch
En este lienzo, Munch escapa del naturalismo en la pintura y proyecta un espacio casi abstracto para recrear una escena en la que elimina todos los detalles decorativos innecesarios y se concentra en lo que realmente le importa, que es, evidentemente, el cuerpo y la expresión de una joven sentada en la mitad de una cama. La composición de la escena es muy simple: una habitación y una cama, en la que el pintor traza una suave línea horizontal que discurre de derecha a izquierda, y se ve interrumpida por el borde del cuadro. Sobre esta línea apenas se apoya el cuerpo de la muchacha, sentada en el borde de la cama. La postura no es cómoda: tiene las piernas juntas, mientras su mano derecha se apoya en la cara interna de la pierna izquierda a la altura de la rodilla, y la mano izquierda se apoya sobre el muslo derecho. Este cruce de brazos permite que la joven oculte el sexo, pero deja a la vista su busto adolescente y su ombligo. Se trataría así de un ejercicio consciente, en el que el pintor buscaría una pose que le permitiera rehuir las connotaciones sexuales, aunque no sensuales, en la que combina dosis de temor y serenidad a partes iguales. El rostro de la joven está de frente -enmarcado por su cabello liso y negro-, sosteniendo la mirada del espectador. Sus ojos grandes y muy abiertos están delineados con profundos trazos curvos, en los que prima el negro; sobre ellos se proyecta el efecto de onda, ahora por la presencia de unas cejas arqueadas. La nariz recta marca el camino hasta la boca, que la muchacha mantiene cerrada, por lo que se trasmite al espectador que la serenidad es casi completa. En principio, la composición que emplea Munch es clásica, en forma de cruz, para mantener el equilibrio, que se refleja en el uso del color. La cama y la pared están trabajadas en colores claros, a los que el marrón de la madera sirve de transición para contrastar, finalmente, con los colores oscuros del suelo que el pintor ha realizado con trazos rápidos y fuertes. El suelo también hace resaltar los pies y las piernas de la modelo. Pero este equilibrio clásico se rompe con la presencia de la sombra al lado izquierdo de la joven, que ya se intuye desde el tobillo. Si la sombra no estuviera, el espectador fijaría su mirada en los ojos, pero al estar allí con tanta fuerza, la visión se fija en lo que permanece oculto, es decir, en el sexo que esconde la modelo. Esta Pubertad podría tratarse entonces de una alegoría sobre el despertar sexual, o de la transición de la niñez a la edad adulta.

1 comentario :

  1. En esta composición Munch pinta a la adolescente siguiendo un poema. ¿Puede alguien ayudarme a descubrir de qué poema se trata?


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