Luís de Morales
Constituye un interesante ejemplo de la asimilación de gustos manieristas por parte del más celebrado pintor de temas religiosos del reinado de Felipe II. Se trata de una pintura sobre tabla, en la que aparece sobre un fondo negro la figura de la madre sosteniendo cuidadosamente a la criatura en sus manos. La mórbida descripción de las carnaciones, tratadas con un perfecto conocimiento de la técnica del claroscuro, el cuidado del detalle y la expresión patentes en esta pieza, revelan un propósito de hondo sentimiento religioso que concede la máxima importancia a la transcripción del sentimiento materno.
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