Museo nacional de Bellas Artes de Budapest
El Greco
En esta composición no puede hablarse propiamente de preocupaciones espaciales, puesto que al artista le interesa menos crear un escenario realista en su dimensión que construir un ambiente simbolista, en concordancia con el episodio narrado. Tres apóstoles dormitan recostados en las peñas, formando un grupo compacto que queda delimitado por troncos de árboles recién cortados. En la parte superior del lienzo, sobre una zona amesetada que tiene por fondo una gran roca, aparecen Cristo en actitud orante y el ángel con el cáliz, éste arrodillado en un jirón de nube y dotado de una calidad agrisallada y transparente. En este lado, el celaje del cuadro posee una tonalidad grisácea mientras que a la derecha, por donde se aproximan los soldados que van a prender a Jesús, el cielo ha sido ganado por la oscuridad total, salvo en un rompimiento de nubes por el que penetran rayos de luna, realzando el perfil difuso de la lejana Jerusalén. Es una obra a la vez sencilla y compleja; su sencillez reside en el somero tratamiento de las formas, reducidas a su expresión casi abstracta, y su complejidad en el simbolismo del escenario y los personajes representados.
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