Museo nacional de Bellas Artes de Budapest
Filippino Lippi
Relata una milagrosa aparición de la Virgen. Para indicar el carácter sobrenatural del episodio, el pintor ha tratado los personajes a escalas distintas. María y el Niño, de proporción monumental, no forman parte del paisaje ni responden a las referencias espaciales del mismo, sino que parecen flotar sobre la superficie herbosa, sostenidos por un leve halo luminoso, San Antonio y el franciscano arrodillado junto a él contemplan el prodigio con místico recogimiento; el rostro del segundo es sin duda retrato de un personaje real. El análisis riguroso de esta composición pone de manifiesto la unión accidental entre sus diversos elementos.
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