Museo Pushkin, Moscú
1890
80 x 64 cm. Óleo sobre lienzo
1890
80 x 64 cm. Óleo sobre lienzo
Vincent Van Gogh
Este cuadro, pintado en 1890 y conservado en el Museo Pushkin de Moscú, se basa en un grabado de Gustave Doré que Theo envió a Vincent cuando éste estaba internado en el hospital de Arles.
En la "fosa de las serpientes", opresiva con sus paredes sin fin, dos mariposas blancas, casi invisibles en una primera mirada, aletean una junto a otra (pared frontal, arriba y a la izquierda). Tal vez se trate de una señal de esperanza o acaso de la intensa nostalgia de una ligereza llena de gracia y libertad, irremediablemente perdida. Obsérvese la finura de la textura cromática, que interpreta de manera lírica el blanco y el negro del grabado de Doré. Parece como si Vincent quisiera poner freno a la fuerza autodestructiva que minaba su mente mediante la meticulosidad del dibujo. Las figuras con sombrero de copa parecen sacadas de un grabado de Daumier. Su realidad burguesa se contrapone netamente al dolor de los prisioneros. Simples observadores más que carceleros, muestran su indiferencia por la marcha sin fin de los desgraciados. Van Gogh reinterpreta una imagen en la que cree ver reflejados su tormentoso sentido de claustrofóbica reclusión y su deseo de fuga. La ronda es para Vincent una metáfora de su vida, dividida entre un sofocante sentido de culpa y un deseo angustioso de libertad. Según algunos intérpretes, en el joven rubio que se vuelve hacia el público debe reconocerse un autorretrato de Van Gogh. En realidad, esta imagen debió ser para el pintor una especie de imagen obsesiva. Los prisioneros son treinta y siete, un número que aparece con una frecuencia nefasta en la vida de Vincent, que se suicidará a los treinta y siete años.
Otra maravillosa obra de Vincent llena de movimiento. Hasta se los puede ver girando...
ResponderEliminarUn talento único.
Así es Viviana, en cada obra de este genio se puede descubrir la singularidad de su arte, en mi opinión destaca sobre los de su época, un saludo.
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