Kröller-Müller Museum, Otterlo
1884
64 x 80 cm. Óleo sobre lienzo
1884
64 x 80 cm. Óleo sobre lienzo
Vincent Van Gogh
Tras una época en La Haya, donde había representado la pobre vida de los obreros y la miseria de los suburbios en los que vivían, se trasladó a Nuenen, a casa de sus padres, y empezó a dedicarse asiduamente a las figuras de campesinos y precisamente de tejedores.
En una carta a su hermano expresó la fascinación que experimentaba al ver su trabajo: "Estos telares [...] son cosas espléndidas, toda esa madera de encina ante un muro grisáceo [...] Los he visto tejer por la tarde a la luz de una lámpara, que crea unos efectos que recuerdan a Rembrandt". Aunque el lienzo que nos ocupa esté iluminado por la luz del día, se percibe que se ha tenido presente al gran pintor holandés del siglo XVII en el acorde cromático de amarillo y marrón y en los efectos de sombra que se insinúan en las diferentes partes de la maquinaria. Esta no posee, en la visión de Vincent, el acostumbrado valor negativo, de alienación en el trabajo. El artista ve, por el contrario, un significado positivo en el vínculo productivo entre hombre y máquina, mutuamente necesarios, hasta el punto de que el tejedor, relegado al fondo del cuadro, tiene un papel menor y el verdadero protagonista es el propio telar.
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