Henri Matisse
Mucho había evolucionado Matisse cuando lo pintó en 1953, y que es por lo tanto una de sus últimas obras. A lo largo de ese medio siglo, se han sucedido las investigaciones y experiencias, en una labor cambiante pero sin soluciones de continuidad. El término de todo ello es esta desnudez de forma y de color, en la que bastan unos recuadros de tonos planos, agrupados más o menos en espiral, para evocar al caracol.
Esta disposición de “trozos” de color recuerda inmediatamente la técnica de la vidriera y sugiere una autoinfluencia de Matisse, tras haber trabajado en las de la capilla de los dominicos, que decoró poco antes en el pueblo provenzal de Vence, donde residió los últimos años de su vida.
Para comprender la estética de El caracol, hay que recordar que su autor lo definió como un “panel abstracto sobre una raíz de realidad”.
Quisiera saber el tamaño de la obre
ResponderEliminarsi es posible