Museo del Prado
Alonso Cano
La pintura de Alonso Cano procede de las mismas fuentes que las de Velázquez, es decir, del aprendizaje con Pacheco. Como demuestra este cuadro, que narra la salvación de un niño por el patrono de Madrid, san Isidro Labrador, se interesó el artista por los efectos lumínicos, describiéndolos con pincelada impresionista. La conjunción de las influencias sevillana y madrileña es patente en los tipos humanos que aparecen en sus obras, especialmente los femeninos, que transcriben lo que en la época se consideró ideal de belleza.
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