Museo del Prado
Francisco Ribalta
La producción de Ribalta transcribe nuevos conceptos compositivos y de tratamiento de la figura, sometida siempre a efectos lumínicos de gran dureza que imponen violentos contrastes. El procedimiento se halla inspirado por los modelos de Caravaggio, iniciador de un naturalismo cuya fuerza dramática se basa en un minucioso estudio del detalle, la sólida construcción de los cuerpos y la moderación cromática. Este lienzo tipifica dicho método, calificado de “tenebrista” en razón del peculiar empleo de la iluminación de que hace gala. La figura del santo, sobre el lecho de tablas, destaca ante un fondo de oscuridad casi total, en el que sólo se adivina la figura de un fraile que le trae la comida. En ángel, en tanto que espíritu puro, se le aparece dotado de luz propia.
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