Museo del Louvre
Eugéne Delacroix
A pesar de no ser conocido por
sus retratos, Delacroix será un maestro en este género, que tendrá un
importante auge en el siglo XIX. Su gran preocupación estaría en captar la
personalidad del modelo, centrando su atención en el rostro para transmitir el
alma al espectador. Esto se aprecia en su autorretrato, en el que ilumina con
un potente foco de luz su rostro, quedando la parte izquierda en sombra. Los
ojos y el gesto del pintor llaman la atención al igual que el pelo alborotado,
creando una iconografía típicamente romántica. La vestimenta se traza
rápidamente, aunque desea mostrar su status social al vestirse como un burgués:
chaleco, chaqueta y corbatín. El fondo neutro hace que la elegante figura
resalte aún más, otorgándole un excepcional volumen.
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