Colección Particular
Jean-Dominique Ingres
Posiblemente sea éste uno de los
mejores retratos de Ingres. La protagonista es Carolina Bonaparte, hermana
menor del gran Napoleón Bonaparte, casada con uno de los militares más afamados
del Imperio, Murat, encargado de ocupar con sus tropas España en 1808 y
nombrado más tarde rey de Nápoles, aunque él hubiese preferido la Corona
española en perjuicio de José Bonaparte. Carolina tenía 32 años y era una mujer
alegre, aunque su felicidad iba a durar poco; meses después sería destronada y
quedaría viuda. Ingres ha conseguido dominar a la perfección los requisitos
imprescindibles de un buen retrato: la personalidad del modelo y los detalles
de todo lo que le rodea. La dama se sitúa en una habitación, vestida con un
elegante traje negro, mientras que tras un gran ventanal observamos la ciudad
de Nápoles, con el Vesubio humeante al fondo. La luz penetra por la izquierda y
crea zonas de claroscuro que otorgan mayor uniformidad al conjunto. El
exquisito dibujo del maestro se aprecia en todos los detalles: los pliegues de
los cortinajes, el sombrero, la alfombra, etc. Pero el rostro de Carolina
transmite su personalidad, su fuerza, a través de esa intensa mirada que
penetra directamente en el espectador. La obra desapareció en 1814, siendo
identificada en 1987 en una colección neoyorquina. Esa desaparición afectó al
propio Ingres, que la echaría en falta en varias ocasiones.
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