Museo del Louvre
Eugéne Delacroix
En diciembre de 1831 Delacroix
abandona París con destino a Marruecos. Desde territorio marroquí viajará a
Argel y a España, visitando Sevilla y Cádiz. De esta estancia española comentó:
"He
hallado en España todo lo que había dejado entre los moros. Nada ha cambiado,
salvo la religión; el fanatismo por lo demás es el mismo. He visto las bellas
españolas que no desmienten su fama". Durante este viaje realizará
numerosos bocetos, apuntes y dibujos que más tarde le servirán para representar
esos ambientes marroquíes. Así surge esta Boda judía en Marruecos, realizada
seis años después de su regreso. Un patio sirve de escenario a la boda,
representando diferentes tipos pintorescos en actitudes variadas, generalmente
en escorzo. Pero la gran protagonista de esta escena es la iluminación, destaca
el foco de luz que reciben las encaladas paredes y que se transmite a los
personajes. Esa luz dorada crea una atmósfera especial en la que se aprecian ecos
de la pintura barroca española. La pincelada es más rápida que en sus obras
iniciales.
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