Paul Cézanne
Este lienzo expresa claramente los resultados de la experimentación pictórica realizada por el artista durante cuarenta años, que con una mentalidad muy francesa quiso dotar al impresionismo de una solidez estructural que lo convirtiera en tendencia duradera. “Hacer Poussin del natural” fue en cierto momento la norma de conducta de Cézzane, que se enfrasca en una labor analítica con objeto de desentrañar la realidad última de los seres y los objetos. En la realización de este retrato preocupó al pintor retener las líneas maestras de la forma. Por ello, los contornos del modelo, así como los de la mesa, la cafetera y la taza, se recortan con nitidez gracias a una reiterada labor de pincel y espátula. Característica de la técnica cezanniana en este momento de madurez es la forma de perfilar enfáticamente las manos del personaje o los pliegues de su vestido, que se diría han sido tallados a la gubia en un bloque de madera. La simplificación de la línea conduce a una cierta geometrización, por lo que la pintura de Cézanne debe considerarse como precursora del cubismo. El método de aplicación del color es, por su parte, una síntesis del procedimiento de Monet que el autor transforma según los dictados de su personalidad dinámica y vehemente.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comenta por favor, me interesa tu opinión