Salvador Dalí
La nota dominante de este lienzo
es el contraste de lo blando representado en un estricto esquema geométrico. La
blandura e ingravidez de los cuerpos puede aludir a la metamorfosis que el
sueño produce en ellos o a su condición de fantasmas del objeto real. El
excesivo carácter dinámico y casi caótico de la anatomía de las figuras toma
consistencia gracias al punto de fuga central, otorgándole simetría y con ella
orden formal. Este torbellino biológico lo explica Dalí con palabras de Miguel
Ángel que dijo que “la espiral del sueño es grandiosa musculosa, perseverante, absorbida,
enteramente absorbida, achicada, triunfante, pesada, ligera y dulce”.
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