Salvador Dalí
La fábula clásica de la ninfa
Leda poseída por Júpiter transformado en cisne, se interpreta a la luz de la
física nuclear. Al igual que en la estructura del átomo, los elementos del
cuadro gravitan unos en torno a otros sin tocarse ni formar un cuerpo sólido o
compacto. Tanto la estructura del tomo como las espirales del ADN suponen
configuraciones de la realidad ajenas a los datos que podemos percibir a través
de los sentidos, es decir son realidades ocultas como aquellas que afloran en
los sueños, de ahí su proximidad con el método paranoico-crítico.
Dalí se interesó también por las
investigaciones acerca del número de oro y la numerología pitagórica de Matila Glyka,
que asesoró al pintor para la disposición espacial de los objetos en varias de
sus obras.
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