Galería de pinturas de Dresde
1437
31 x 55 cm. Óleo sobre madera
1437
31 x 55 cm. Óleo sobre madera
Jan Van Eyck
Retablito portátil, destinado a la piedad particular de ese donante que aparece en la puerta de la izquierda, presentado por su patrono san Miguel. Las inscripciones que rodean los marcos de los tres paneles son poéticas alabanzas en latín. En el exterior de las puertas van pintadas en grisalla las dos figuras de la Anunciación, como es frecuente en esta clase de obras flamencas.
En el borde inferior de la tabla
central aparece, bien explícita, la firma del pintor con la fecha 1437.
En la reproducción de santa
Catalina, puerta de la derecha, podemos apreciar la precisión de los
pormenores: los capiteles de complicada labra, los vidrios emplomados y sobre
todo el placentero paisaje con un castillo que se ve a través de la ventana
abierta. La santa lleva una afiligranada corona sobre sus rubios cabellos
flotantes, viste un lujoso vestido a la moda de las cortes flamencas, muy
apretado en el pecho y ceñido en el talle, haciendo destacar el vientre en tal
forma que podría parecer una alusión al estado de gravidez, absurdo en el caso
de la doncella alejandrina, por lo que insistimos en que se trata de una línea
de moda en la indumentaria flamenca de aquel tiempo. Lee atentamente un libro,
empuña con la mano derecha una hermosa espada y tiene a sus pies la rueda de
cuchillos que es atributo de su martirio.
La tabla central está compuesta
con grandiosa majestad, dentro de una iglesia gótica de tres naves, con fustes
de mármol en sus columnas, estatuillas bajo doseletes y una rica alfombra sobre
el pavimento de azulejos. En ese marco está sentada la Virgen, vestida con
amplio manto rojo y sosteniendo al Niño desnudo en sus brazos, bajo un dosel
decorado con flores y leones.
Una ampliación de la Madonna a
tamaño bastante mayor que el del original nos permitiría apreciar la tersa
calidad de la pintura, su ejecución primorosa en detalles minúsculos, la
certera simplicidad con que se logra esa intensidad expresiva de los rostros.
Análogas observaciones
podrían hacerse respecto a la tabla de la izquierda, en la que el pintor se ha
recreado sobre todo en la coraza del arcángel. Muy notable es el capitel con
jinetes que se ve sobre la cabeza de éste.
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