Bernardo Bellotto
Bellotto retrata con todo detalle el palacio público, la loggia dei lanzi, las fachadas de las iglesias y de las casas, tejados y torres. Sin embargo, complementa esta descripción minuciosa con escenas de la vida cotidiana. Lo que tiene de carácter de museo se mezcla con lo banal, lo duradero con lo efímero. Una casual luz vespertina ilumina la plaza que se vuelve única en un doble sentido: como complejo urbanístico-arquitectónico y como el presente de la ciudad.
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