Van Gogh Museum, Ámsterdam
1888
76 x 94 cm. Óleo sobre lienzo
1888
76 x 94 cm. Óleo sobre lienzo
Vincent Van Gogh
La casa de Vincent en Arles, septiembre de 1888. Esta casa es para Vincent mucho más que un lugar de trabajo, es una esperanza: la de poder crear por fin un taller con la ilusión de que pudiese convertirse en el “estudio del sur” en el que los artistas podrán trabajar juntos, inventar juntos la pintura del futuro. Van Gogh vivió allí menos de seis meses, desde el 18 de septiembre de 1888 hasta el 9 de febrero de 1889.
Antes de nada, para poder mudarse a esta casa amarilla le hace falta una cama; pero el vendedor de muebles no acepta alquilarle una ni que le paguen a crédito. Queda esperar el dinero de Theo... Vincent está persuadido de que «los cuadros impresionistas subirán», de que «el capital desembolsado volverá a nuestras manos, si no en dinero, en valores».
«Pues bien, hoy he alquilado el ala derecha de esta construcción, que tiene cuatro habitaciones, o más bien dos con dos gabinetes. Está pintada de amarillo por fuera y encalada por dentro, y a pleno sol. La he alquilado a razón de quince francos al mes. Ahora mi deseo sería amueblar la habitación, la del primer piso, para poder dormir allí. (...) Espero haber acertado esta vez, ya sabes —amarillo por fuera, blanco por dentro, a pleno sol, por fin podré ver mis cuadros en un interior bien claro.» A Theo, 1 de mayo de 1888 (Cartas a su hermano Theo)
Antes de nada, para poder mudarse a esta casa amarilla le hace falta una cama; pero el vendedor de muebles no acepta alquilarle una ni que le paguen a crédito. Queda esperar el dinero de Theo... Vincent está persuadido de que «los cuadros impresionistas subirán», de que «el capital desembolsado volverá a nuestras manos, si no en dinero, en valores».
«Pues bien, hoy he alquilado el ala derecha de esta construcción, que tiene cuatro habitaciones, o más bien dos con dos gabinetes. Está pintada de amarillo por fuera y encalada por dentro, y a pleno sol. La he alquilado a razón de quince francos al mes. Ahora mi deseo sería amueblar la habitación, la del primer piso, para poder dormir allí. (...) Espero haber acertado esta vez, ya sabes —amarillo por fuera, blanco por dentro, a pleno sol, por fin podré ver mis cuadros en un interior bien claro.» A Theo, 1 de mayo de 1888 (Cartas a su hermano Theo)
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