Galería de Berlín
Michelangelo Caravaggio
Aparece aquí pleno y rotundo el arte del lombardo.
Todos los elementos de la composición están ordenados para conseguir el efecto plástico, al proyectar sobre ellos la poderosa luz que viene de la izquierda. Perfiles y volúmenes cobran así todo su valor en esta desenfadada alegoría, en la que vemos al Amor muchacho, con alas de águila, empuñando sus flechas. A sus pies están todos aquellos instrumentos de que el Amor se vale; los del músico, los del constructor, los del guerrero. Y el laurel que corona cualquier empresa humana. El contraste entre la calidad inerte de este bodegón y la palpitación de la carne desnuda queda acentuado por la interposición de ese paño blanco, certeramente valorado en sus pliegues por la luz y la sombra. Todo el espíritu del barroco se halla contenido en este cuadro magistral, tan representativo de la personalidad y de la visión estética de su autor.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comenta por favor, me interesa tu opinión