Carpaccio
El pintor ha situado al santo sobre un ara de línea y decoración clásica, dominando en altura a un reducido grupo de personas congregadas por su discurso. Abundan los tipos con indumentaria oriental, tocados con gruesos turbantes o sombreros cónicos; en el extremo derecho aparecen dos peregrinos con sus varas. A modo de telón de fondo, en hemiciclo escenográfico, se despliega la arquitectura urbana, desparramados sus edificios por la ladera de la colina. Tras ellos se divisa un paisaje ondulado. En el conjunto, animado por figuras secundarias que establecen los términos de distancia, se da una extraña mezcolanza de estilos y épocas: un arco triunfal romano, alminares de mezquitas otomanas y, a la izquierda, un edificio de planta octogonal, cubierto por cúpula, de puro gusto italiano.
Su interés por la plasmación del espacio urbano, que comporta el estudio científico de problemas geométricos y perspectivos, preludia la trayectoria de futuros maestros de la misma escuela, entre ellos Canaletto y Guardi.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comenta por favor, me interesa tu opinión