Pinacoteca de Brera
Francesco del Cossa
Un análisis en detalle informa de un procedimiento basado en la aplicación de sombras por medio de trazos lineales que poseen un carácter dibujístico. El método supone un perfeccionamiento de la tradición pictórica anterior, que había de ser radicalmente sustituida por el sfumato manierista, cuyos precursores fueron Giorgione y Leonardo da Vinci. Ambas composiciones sitúan a los santos sobre un pavimento rocoso de despiece poligonal, ante pilares de severo clasicismo que soportan tirantes metálicos en los que se suspenden argollas unidas por sartas de cuentas, elementos de mera finalidad ornamental que armonizan con los atributos de los personajes: las llaves de san Pedro, un vara crucífera con el Agnus Dei y una filatería de plegado geométrico en el caso de san Juan. Los paisajes que se extienden a ambos lados de las figuras, bajo un cielo ligeramente velado por la calina, son de topografía quebrada e imaginaria, en la que las formaciones rocosas de carácter monumental se conjugan con construcciones de porte renacentista. Se complace el artista en dotar al terreno de una configuración laberíntica. En el lado derecho del San Juan aparece un camino, excavado como una trinchera en el suelo de roca, por el que transitan varios jinetes. Para establecer la simetría, en el lado izquierdo del San Pedro existe un río de curso serpenteante, a cuya orilla se ha detenido un ave zancuda. La profundidad perspectiva se logra por la sucesión de arcos y elementos verticales, escalonados con un criterio escenográfico que denota claramente la influencia de Mantegna. También hay que achacar a ella el gusto de Francesco del Cossa por la detallada representación de la corporeidad de la materia, que sus pinceles han reducido a estructuras geométricas. La acumulación de elementos y la combinación de oquedades naturales con puentes y arcos proporcionan un aire de total irrealidad al escenario.
El tratamiento de las figuras revela un propósito monumental que, de nuevo, obliga a citar el influjo de Mantegna sobre el artista. En los rostros y las carnaciones la oposición de luces y sombras alcanza violencia de efectos dramáticos. Los ropajes, por su parte, reciben un tratamiento ampuloso, plegándose de acuerdo con un esquema que amalgama formas rectilíneas de duras aristas y curvas de blandura realzada por suaves transiciones lumínicas. Es, en suma, un procedimiento extraordinariamente elaborado, escultórico por su concepción, que tiende a manifestar las tensiones de un contenido dinamismo. Detalles como el lagarto situado a los pies de san Juan, detenido en sus rápidos movimientos, contribuyen a crear la impresión de que todos los elementos de la composición poseen un carácter temporal y efímero. Es muy posible que la idea renacentista de la fugacidad del tiempo, con su concepto de la instantaneidad del presente, se halle en la base de la personal fórmula expresiva de Francesco del Cossa.
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