Salvador Dalí
Gala es la indiscutible musa
omnipresente en la obra de Dalí, pero al contrario de las grandes divas es un
ser invisible y anti exhibicionista por excelencia. “Salvador Dalí y Gala son los dos
seres únicos capaces de moderar o de exaltar matemáticamente mi divina locura”.
Dalí nombra Galarina a la imagen de Gala porque Gala es para él lo que
Fornarina para Rafael. Los brazos cruzados de Gala asemejan el borde de una
cesta que contendría un pan que son sus pechos. “Ya había pintado a Gala con dos
chuletas sobre los hombros para expresar mis ganas de devorarla. Era la época
de la carne cruda de mi imaginación. Hoy día, una vez que Gala se ha elevado a
la jerarquía heráldica de mi nobleza, se ha convertido en mi cesta de pan”.
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