Galería
Borghese
Ludovico Mazzolino
Composición de sentido manierista
que se organiza en dos planos espaciales. En el más próximo aparecen Cristo y
el santo, éste introduciendo sus dedos en la llaga del costado. La figura del
Redentor, con el brazo derecho extendido, la mano izquierda sobre la cadera y
una pierna en flexión, adopta una actitud de contrapposto que le
confiere un equilibrio de masas y un dinamismo contenido típicos de las nuevas
inquietudes de aquella tendencia pictórica. El volumen de los ropajes que viste
santo Tomás sirve para establecer el contraste con la grácil anatomía de
Cristo. En los términos lejanos, sobre una colina circundada por un río, aparece
una ciudad compuesta por edificios monumentales de caprichosas arquitecturas. A
la izquierda se aprecia un palacio de fachada curva y en el centro un gran
portal y una torre de aspecto gótico flamígero. La máxima novedad de esta obra
estriba en empañar los términos lejanos con la bruma que se levanta de las
aguas del río, formando semicírculos en los que la luz pone toques
iridiscentes.
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