Iglesia
de Ognissanti, Florencia
Domenico Ghirlandaio
En 1480 en “su” iglesia de
Ognissanti pinta al fresco esta composición en competición con el San Agustín
que poco tiempo antes Botticelli había pintado en el mismo templo. Es una obra
realizada con demasiada llaneza, superficial y atiborrada de objetos que la
ahogan y empobrecen. La confrontación directa con el santo botticelliano no
hace más que remarcar el momento poco feliz de Ghirlandaio.
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