Museo del Prado
Pedro Berruguete
En esta obra acentúa el autor el dramatismo de la escena de la quema de herejes por el tribunal de la Inquisición. Santo Domingo de Guzmán, se halla sobre una tribuna con dosel, rodeado por seis jueces; uno de ellos viste el hábito dominico, mientras que otro sostiene el estandarte del Santo Oficio en el que campea una cruz florenzada. Doce inquisidores completan el grupo. Los relapsos, en la tribuna de la izquierda, son identificables por los atributos de su condición –el sambenito o escapulario y la coroza o capirote cónico- y están siendo exhortados ante el suplicio. Dos herejes desnudos ocupan, a la derecha, su sitio en la pira, mientras que otros dos aguardan su turno al pie de la misma; los letreros que los adornan ostentan la leyenda “condenado herético”.
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