Francois Boucher
Ahí está la diosa, recién salida del mar, rodeada por náyades, tritones y amorcillos. Ante el inusitado espectáculo que ha creado su propia fantasía, el pintor cae en poética contemplación . Todo es bello e irreal, todo flota en el agua o en el aire con una rara ingravidez, como ese gigantesco velo que se cierne en el espacio para servir a Venus de dosel.
Hermosa pintura como para la inspiración poética...
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