Museo del Prado
Hans Baldung Grien
Hans Baldung Grien
Estas obras introduce un mundo de formas muy distinto del de los pintores flamencos y neerlandeses. La influencia renacentista es evidente tanto en los elementos iconográficos como en el tratamiento escultórico de la figura, que posee a la vez rigor y delicadeza; la fría gama de colores utilizada, así como la perfección dibujística de la línea, contribuyen a reforzar tal impresión.
Fueron concebidas como una especie de díptico.
En la primera, representa lo que pueden ser Las Tres Gracias de la mitología clásica, sin embargo los instrumentos musicales que las acompañan, así como la partitura que porta el niño del primer término parecen sugerir una alegoría de la Armonía. Algunos elementos tienen carácter moralizante, como el cisne que canta la partitura, presagio de la muerte; o la serpiente enroscada en el árbol, alusión al pecado. En la segunda tabla el argumento se ha elaborado de forma cruda para impresionar al espectador con un tema obsesivo para el hombre, la muerte. Se representa el ciclo de la vida, haciendo hincapié en los estragos del tiempo y el final irreversible de la existencia. El círculo empieza en la recién nacida que yace en el suelo y se cierra con la tétrica figura del cadáver en descomposición. Ambas están unidas por una lanza rota. También están entrelazadas la Juventud y la Vejez, cuyos cuerpos desnudos establecen un expresivo contraste. El búho simboliza tanto el sueño del que se despierta al nacer como el sueño eterno, que es la muerte. Todo ello en un paisaje desolado que hace más opresiva la imagen.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comenta por favor, me interesa tu opinión