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domingo, 17 de febrero de 2013

La mujer barbuda "Magdalena Ventura con su marido" / José de Ribera

Museo del Prado

José de Ribera
El Virrey de Nápoles, don Fernando Afán de Ribera y Enríquez, tercer duque de Alcalá, encargó a Ribera uno de los cuadros más extraños de su producción. Se trata del retrato de Magdalena Ventura con su marido y en una inscripción que aparece en la zona derecha del lienzo cuenta el extraño caso.


EN MAGNUM NATURAE / MIRACULUM / MAGDALENA VENTURA EX OPPIDO ACUMULI APUD / SAMNITES VULGO EL A / BRUZZO REGNI NEAPOLI / TAÑÍ ANNORUM 52 ET / QUOD INSOLENS EST CU / ANNUN 37 AGERET CE /PIT PUBESCERÉ EOQUE / BARBARA DEMISSA AL PROLIXA EXT VI POTIUS / ALCIVIOS MAGISTRI BARNATI / ESSE VIDEATUR / QUAM MULIERIS QUE TRES FILLIOS / ANTE AMISERIT QUOS EX / VIRO SUO FELICI DE AMICI / QUEM ADESSE VIDES HA / BUERAT / HOSEPHUS DE RIBERA HIS / PANUS CHRISTI CRUCE / INSIGNITUR SUI TEM / PORIS ALTER APELLES / JUSSU FERDINAND II / DUCIS III DE ALCALÁ / NEAPOLI PROGERIS AD / VIVUM MIRE DEPINSIT / Xllll CALEÑO / MART / ANNO CIDDCXXXI.


A Magdalena, mujer procedente de los Abruzzos, le empezó a crecer la barba a los 37 años y 15 después tuvo el hijo con el que aquí aparece representada. El encargo responde al deseo del Virrey de tener una excepcional prueba de un extraño caso que se produjo durante su mandato, de la misma manera que Carreño realizará los retratos de la Monstrua vestida y desnuda. Doña Magdalena aparece en el centro de la composición, vestida como una mujer y dando de amamantar a su pequeño pero su rostro es absolutamente viril, mostrando en su gesto cierto dolor y abatimiento. A su lado podemos ver a su marido cuyo retrato también es soberbio, captando la amarga resignación con la que vive el caso. Sobre las piedras que contienen la inscripción podemos apreciar un huso y una devanadera de hilo, símbolos de la feminidad que se supone a la mujer, a pesar de su aspecto. El estilo empleado por Ribera sigue las pautas del tenebrismo de origen caravaggista, utilizando una iluminación que crea intensos contrastes con los que se acentúa la tensión del asunto. Rostros, manos, paños y objetos están tomados con absoluto naturalismo, de la misma manera que el bebe amamantando. El resultado es una obra de carácter documental tratada con exquisito respeto y de manera casi científica.

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