Quentin Metsys
El extraño punto de vista elegido por el artista comporta un estudio de las figuras en escorzo y revela un deseo expresivo de nuevo cuño. La serenidad y reposo de las obras precedentes ha dado paso a un dramatismo compositivo y formal que preludia el manierismo. Se complace el autor en la descripción de ciertos detalles, decoración escultórica de la fachada del pretorio en el que se desarrolla la escena, cuya belleza juega en contrapunto con la sordidez de las expresiones de los sayones que injurian a Cristo.
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