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sábado, 27 de febrero de 2010

El Conde-Duque de Olivares - Diego Velázquez

El Conde-Duque de Olivares - Diego Velázquez - Colección Particular. Don Gaspar de Guzmán y Pimentel era el hombre más importante del reinado de Felipe IV. Desde su cargo de valido manejaba las riendas de la monarquía en un intento de imponer cierto orden a la situación política en la que se encontraba España. Los primeros años de su mandato fueron muy prósperos para el país, obteniendo una serie de victorias importantes en el conflicto con los Países Bajos, destacando la toma de Breda que Velázquez captaría en su cuadro de Las Lanzas. En los años en los que fue pintado este excelente retrato, el Conde-Duque de Olivares está en el momento más álgido de su poder, al poco tiempo de cambiar de orden militar: abandonó la de Calatrava para ingresar en la de Alcántara por lo que lleva una cruz en color verde bordada en el pecho y en la capa. Este hecho ocurrió en 1624 por lo que el retrato estaría fechado alrededor de ese año, pudiendo ser conmemorativo de ese cambio. En su mano derecha porta la fusta de Caballerizo Mayor en posición casi vertical -simbolizando su absoluta autoridad- mientras que de su cinturón sobresale una nota de color dorado, tratándose de la llave de Mayordomo Mayor. El valido se sitúa en tres cuartos, tendiendo a colocarse de perfil. Esta postura vendría motivada por la enorme talla de Don Gaspar, tanto de altura como de anchura, intentando Velázquez disimularlo lo más posible. Tras él contemplamos una mesa cubierta con un tapete rojo, muy habitual en los retratos oficiales, dando la impresión de que el Conde-Duque apoya su mano derecha sobre dicha mesa. Los detalles del bordado de la cruz, la cadena de oro que cruza su pecho o el prendedor dorado con el que se sujeta la capa demuestran la altísima calidad del maestro a la hora de realizar retratos. Pero lo más interesante sería la manera de captar la personalidad del modelo, fijándose en esa mirada inteligente y penetrante a la vez que altiva y dominante con la que el Conde-Duque maneja y dirige los asuntos de Estado. La postura de las manos, especialmente la izquierda agarrando la empuñadura de la espada, son signos inequívocos del poder del personaje. El Conde- Duque visitó en numerosas ocasiones Sevilla, -no en balde sus posesiones estaban en el cercano pueblo de Olivares- frecuentando la tertulia de Francisco Pacheco, donde conocería el genio del joven Velázquez. Gracias a Don Gaspar el artista se trasladó a Madrid y obtuvo el cargo de Pintor del Rey, iniciando su despegue.
Colección Particular
1625
209 x 111 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
Don Gaspar de Guzmán y Pimentel era el hombre más importante del reinado de Felipe IV. Desde su cargo de valido manejaba las riendas de la monarquía en un intento de imponer cierto orden a la situación política en la que se encontraba España. Los primeros años de su mandato fueron muy prósperos para el país, obteniendo una serie de victorias importantes en el conflicto con los Países Bajos, destacando la toma de Breda que Velázquez captaría en su cuadro de Las Lanzas. En los años en los que fue pintado este excelente retrato, el Conde-Duque de Olivares está en el momento más álgido de su poder, al poco tiempo de cambiar de orden militar: abandonó la de Calatrava para ingresar en la de Alcántara por lo que lleva una cruz en color verde bordada en el pecho y en la capa. Este hecho ocurrió en 1624 por lo que el retrato estaría fechado alrededor de ese año, pudiendo ser conmemorativo de ese cambio. En su mano derecha porta la fusta de Caballerizo Mayor en posición casi vertical -simbolizando su absoluta autoridad- mientras que de su cinturón sobresale una nota de color dorado, tratándose de la llave de Mayordomo Mayor. El valido se sitúa en tres cuartos, tendiendo a colocarse de perfil. Esta postura vendría motivada por la enorme talla de Don Gaspar, tanto de altura como de anchura, intentando Velázquez disimularlo lo más posible. Tras él contemplamos una mesa cubierta con un tapete rojo, muy habitual en los retratos oficiales, dando la impresión de que el Conde-Duque apoya su mano derecha sobre dicha mesa. Los detalles del bordado de la cruz, la cadena de oro que cruza su pecho o el prendedor dorado con el que se sujeta la capa demuestran la altísima calidad del maestro a la hora de realizar retratos. Pero lo más interesante sería la manera de captar la personalidad del modelo, fijándose en esa mirada inteligente y penetrante a la vez que altiva y dominante con la que el Conde-Duque maneja y dirige los asuntos de Estado. La postura de las manos, especialmente la izquierda agarrando la empuñadura de la espada, son signos inequívocos del poder del personaje. El Conde- Duque visitó en numerosas ocasiones Sevilla, -no en balde sus posesiones estaban en el cercano pueblo de Olivares- frecuentando la tertulia de Francisco Pacheco, donde conocería el genio del joven Velázquez. Gracias a Don Gaspar el artista se trasladó a Madrid y obtuvo el cargo de Pintor del Rey, iniciando su despegue.


Obras de:
Diego Velázquez
Adoración de los MagosAlmuerzo de campesinos o Comida de picarosCabeza de apóstol
Conde-Duque de OlivaresCristo crucificadoCristo en casa de Marta y María
Cristo en la cruzCristo y el alma cristianaDon Diego del Corral y Arellano
Don Luís de Góngora y ArgoteDon Pedro de Berberana y AparreguiDoña Antonia de Ipeñarrieta
Doña Juana Pacheco, esposa del autor, caracterizada como una sibilaDoña Maria de Austria, reina de HungriaDoña Mariana de Austria
Dos hombres a la mesaEl aguador de SevillaEl almuerzo
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y PerníaEl bufón Calabacillas o el “Bobo de Coria” El bufón llamado don Juan de Austria
El Conde-Duque de OlivaresEl Conde-Duque de Olivares a caballoEl geógrafo
El infante don CarlosEl príncipe Baltasar CarlosEl príncipe Baltasar Carlos a caballo
El príncipe Baltasar Carlos con un enanoEstudio para cabeza de ApoloFábula de Aracne o Las hilanderas
Felipe IVFelipe IV armado, con un león a los pies Felipe IV con armadura
Felipe IV en marrón y plataFelipe IV en traje de cazadorFrancisco de Quevedo
Francisco PachecoImposición de la casulla a San IldefonsoInmaculada Concepción
Juan de FonsecaJuan MateosLa cena de Emaús
La fragua de VulcanoLa Infanta Doña Margarita de AustriaLa mulata
La rendición de Breda o Las LanzasLa túnica de JoséLa venerable madre Jerónima de la Fuente
La Venus del EspejoLas Meninas o La familia de Felipe IVLos borrachos o El triunfo de Baco
Pablo de ValladolidRetrato de hombreRetrato de hombre joven
Retrato de la condesa de Olivares Retrato del Conde-Duque de OlivaresRetrato del conde-duque de Olivares
Retrato del papa Inocencio X San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño San Juan en Patmos
San PabloSanto TomásTres músicos
Vieja friendo huevosVilla Médicis


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