Alberto Durero
Es el busto de un personaje de rostro atormentado: la mirada perdida, la nariz aplastada, los pómulos salientes, la prominente barbilla dan una sensación de inquietud vital. Lleva un vestido rico, pero muy sobrio, de color oscuro, sin ninguna joya. Entre las manos, adelantadas hasta el borde del cuadro, tiene el pliego de una carta. La gravedad del modelo se armoniza con el fondo rojizo.
Está firmado con el conocido monograma del pintor, que encierra la D de su apellido en la A del nombre. No es posible afirmar con certeza la identidad del retratado. Se ha publicado algunas veces como retrato del pintor y decorador Bernard van Orley, activo en Bruselas, fundándose para ello en la interpretación de unas notas del propio Durero. Pero parece más probable que se trate de un ciudadano llamado Bernard von Resten.
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