Los criados del pintor - Hogarth's Servants – William Hogarth

William Hogarth

La plena madurez del artista queda patente en la experimentada sobriedad con que estudia y define las personalidades de los seis personajes: un muchacho, tres mujeres de diversas edades, un hombre adulto y otro ya viejo.

En el vigor de la pincelada y hasta en la entonación, aquí Hogarth se aproxima a Frans Hals. También nos recuerda al gran holandés por la decisión con que infunde su carácter peculiar a cada uno de los retratados.

Es ésta una obra íntima, un ejercicio del artista, no hecho para un cliente; por ello tiene una acusada espontaneidad en la que las potencias del autor dan su medida. Aplicó toda su atención a las expresivas cabezas y descuidó cualquier otro detalle accesorio; por eso los rostros tienen tal intensidad. Pero además el cuadro, por no tener el acabado que exigiría un futuro comprador, nos revela la manera de trabajar de Hogarth, dibujando y rectificando con el pincel, como se aprecia en algunos arrepentimientos visibles, por ejemplo, en la mujer de la parte baja izquierda o en el lazo del cuello de la que está a la derecha.

También nos informa esta obra del grado de bienestar burgués a que el artista había llegado tras una laboriosa carrera, ya que disponía nada menos que de seis personas a su servicio.