Rafael Sanzio
Como su nombre indica, procede de la colección que el príncipe de este nombre reunió en su residencia de Viena. Muestra la composición a la Virgen arrodillada y en actitud de sostener al Niño sentado sobre una roca, para evitar que éste se aproxime a san Juanito, el cual juega con una filacteria. El grupo adopta una forma piramidal y posee un ritmo marcado por la inclinación de las tres cabezas y las piernas flexionadas de la Virgen y san Juanito. Las figuras desnudas de ambos niños se hallan inacabadas, de ahí su transparencia, que permite observar las líneas de dibujo y la primera fase del sombreado que aplicó el pintor. El paisaje, por el contrario, quedó concluido en todos sus detalles, complaciéndose Rafael en describir un conjunto de edificaciones en el que se combinan ruinas clásicas y un campanario medieval.
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