Pablo Ruiz Picasso
Picasso pinta a María Teresa Walter, muchacha de sencilla belleza, que le inspira obras en las que expresa sin rodeos una sensualidad callada y plena, a quien por su mata de pelo rubio es fácil de reconocer en diversos cuadros de mujeres durmiendo, echadas o sentadas.
Dentro de la ingente labor de Picasso, ésta es una época estilísticamente imprecisa, en la que se combinan ciertos resabios del cubismo con un desenfado y aun con una intención expresionista. Lo más característico de este cuadro es la superposición del perfil sobre el rostro de frente, dando a la fisonomía cierto aspecto lunar.
Me encanta tu museo. Enhorabuena. Yo también cree uno más chiquitito. Si quieres puedes pasarte por él.
ResponderEliminarhttp://gurruminos.blogspot.com y http://losgurruminos.blogspot.com
Un saludo
Gracias, me pasare a verlo, suerte!!
ResponderEliminarun saludo