Edgar Degas
Este tema intimista fue reiterado muchas veces por Degas, en composiciones diversas. En este caso, la mujer peina su larga cabellera ante el tocador sobre el que, entre otros objetos, hay un tibor oriental, mientras se ve a la derecha la figura incompleta de una sirvienta que le trae una taza de café.
Estos pasteles de Degas, tan sugestivos por su cromatismo y su ambiente, dan la sensación de estar pintados del natural, cuando en realidad son fruto de cuidadosos estudios preparatorios.
Precisamente en esta época en que su vista se iba apagando y ya había tenido que renunciar al dibujo y al grabado, estos pasteles se hacen más audaces, más rutilantes, modelando en ellos la forma por el color, por un peculiar rasgueo de colores intensos que infunde nerviosismo a la imagen.
Hola Felix gracias por dejar un comentario en mi blog el blog de MA en cultura y tendencias ,y así dar a conocer tu blog que desde este momento soy seguidora de tu magnifico blog, de Museo del arte.
ResponderEliminarUn abrazo bloguero de MA y nos leemos los post.